La inseguridad se convierte en gran negocio

Cada vez que un acontecimiento grave sacude el planeta, los seres humanos responden, habitualmente, con miedo. Por ello las colas de ciudadanos buscando comida y los estantes vacíos que se pudieron ver al inicio de la pandemia. Ahora, que la cosa está un poco más tranquila, la fiebre de los españoles parece haberse ido hacia las alarmas antirrobo. Tanto es así, que empresas muy grandes, como Google o Telefónica y grandes fondos internacionales, están pugnando por hacerse con un hueco en lo que parece un mercado emergente y con gran futuro. Por ello, no es raro que cada día se vean por las calles más placas que alertan de que hay una alarma instalada.

La inseguridad se convierte en gran negocio

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