LA REACCIÓN AL TEMPORAL

El primer gran temporal del otoño tuvo en jaque durante dos días a los bomberos por las caídas cascotes e inundaciones. Si contra las primeras poco cabe hacer, ocurre lo contrario con las segundas, ya que unas inspecciones eficaces de edificios permitirían imponer medidas preventivas cuando fuese necesario. Lo mismo que se actúa con energía en el caso de los parques y las playas, ordenando su cierre para evitar accidente, habría que hacerlo con los propietarios de los inmuebles que permiten que estos se deterioren hasta el punto de que la lluvia los convierte en una amenaza para los peatones.

LA REACCIÓN AL TEMPORAL

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