EXPERIENCIAS ANTERIORES

El pavimento de adoquines en el Pórtico de San Andrés se reveló como una mala opción al ser una calle por la que transitaban los autobuses urbanos; lo mismo ocurrió y por el mismo motivo en Orillamar, donde pocos meses después de una costosa remodelación hubo que levantar el firme y reasfaltar la calzada. Ambas experiencias deberían servir para que no se dé una situación similar en San Andrés, que se reabrirá el miércoles después de nueve meses de obras. Los técnicos ya han informado de que lo lógico sería desviar el transporte público por otras calles, así que convendría seguir sus consejos.

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