EL PRECIO DE LA LUZ Y EL FUTURO DE ALCOA

Hay cosas que no se entienden, ni se puede jugar con ellas, el futuro de 390 puestos de trabajo directos se hallan en el aire en la compañía de aluminios en su planta coruñesa, a los que habrá que sumar los indirectos, que son también numerosos. El problema que se asoma y antoja de difícil solución, es la tarifa eléctrica, la misma que cruje a toda la ciudadanía  en general y que amenaza a este país sin dejar rastro de industria en su territorio, al no tener un precio fijo. La ausencia de competencia y al haberse convertido en “lobby” de puertas giratorias, hace que sea apetitoso para algunos responsables políticos que ven peligrar su futuro y ponen la vista en un buen puesto remunerado en su consejo de administración, por mostrar la vista gorda y dejar hacer al pool eléctrico lo que desee.
Alcoa, podrá lograr su particular tarifa en la subasta de diciembre, pero seguirá estando su viabilidad en el aire, debido a los vaivenes eléctricos que está amenazando a la economía en general, poniendo en peligro de echar el cierre y arruinar a muchas familias, cosa que puede ocurrir en cascada y llevar a consecuencias imprevisibles. O se pone un precio fijo a la energía, bajo unas premisas económico-social estable ó el entramado empresarial de importancia en este país se va al garete, incluyendo las propias empresas eléctricas. Ningún gran consumidor de energía puede estar pendiente de una subasta eléctrica cada poco tiempo, las empresas acometen sus planes de inversión a largo plazo y por tanto deben tener seguridad en sus inversiones, de lo contrario se irán a otra parte.
La burbuja del precio energético está alcanzando cotas muy peligrosas y en este momento corre el riesgo de estallar al igual que aconteció con otros sectores y si no se controla en los próximos meses, las consecuencias serán dramáticas e imprevisibles. Lo de Alcoa, es solo la punta del iceberg. Comentado con Carlos Marcos de Unión Coruñesa. El origen del problema y su solución, indica que, pasa por dejar claro los principios energéticos y crear tarifas reales que compensen a todos y dejar de hacer metodologías ficticias y absurdas, que solo conducen a la inestabilidad económica y social del pueblo. Sin lugar a dudas, razón no le falta, ahora bien, es de esperar que los responsables de competencia y gobierno tomen buena nota y se pongan manos a la obra, sin estar pensando en su entrada a través de las puertas que giran en el sentido previsto, para que esto no acabe como el “Rosario de la Aurora”.

EL PRECIO DE LA LUZ Y EL FUTURO DE ALCOA

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