Sánchez también quiere un rancho, como Aznar

Condoleeza Rice, la consejera de Seguridad Nacional de Bush, como buena norteamericana no podía concebir que un presidente del Gobierno como José María Aznar, al que tanto gustaba poner los pies sobre la mesa, no tuviera un gran rancho. Por eso, cuando el entonces presidente español recibió a su homólogo yanki en la finca de Quintos de Mora, en los montes de Toledo, no pudo por menos que considerar que el bigotudo mandatario español tenía un gran rancho. Ahora, el dueño de la quinta es Pedro Sánchez (ya que pertenece al Patrimonio Nacional) y hasta allí se ha ido con todo su Gobierno para unos “ejercicios espirituales” con los que pretende ahondar en la unión entre los miembros de su Ejecutivo. Es muy probable que aprovechen el encuentro para intentar, por lo menos intentar, cerrar alguna semana sin meterse en charcos demasiado complicados, aunque, a estas alturas, esto parece algo imposible hasta para Iván Redondo, de quien sabemos que, además de ideólogo, tiene un don natural para las genuflexiones.

Sánchez también quiere un rancho, como Aznar

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