Y ahora toca una de espías

En esta película en la que se ha convertido nuestra vida desde la aparición del coronavirus estábamos necesitando una trama de hackers, que combina muy bien con la amenaza biológica y la tensión entre países. Y ya la tenemos. El Reino Unido, Estados Unidos y Canadá han emitido un comunicado conjunto acusando directamente a Rusia de haber intentado hackear sus sistemas para robar las investigaciones sobre sus respectivas vacunas contra el virus. Como una versión actualizada de la Guerra Fría. Qué buena excusa para que los millennials busquen en Google y descubran este episodio de la historia. Desde el Kremlin, por supuesto, niegan cualquier intento de espionaje, pero que Rusia presumiese hace una semana de que fabricará doscientos millones de dosis de su propia vacuna antes de que termine el año hace sospechar que igual se ha beneficiado de las investigaciones ajenas.

Y ahora toca una de espías

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