¡Juego revuelto!

D esde siempre, las partidas se juegan y se resuelven bajo unas normas conocidas y asumidas previamente por todos los participantes. Los cambios a mitad de partida no son ni serios, ni de jugador honesto.  Y Pedro Sánchez ha hecho añicos la mesa. Ha cambiado las reglas del juego. Ha quemado el tapete. Ha roto el compromiso de todas las administraciones precedentes. Vende su alma a Ximo Puig por 850 millones de euros, de los cuales 350 van directamente al saco del Puerto de Valencia. Un puñado de billetes a cambio de un voto. Como voceábamos de niños cuando alguien hacía trampa, juego revuelto. 
Claro que no es lo mismo. Los casos de A Coruña y Valencia no son iguales. Valencia destinará el dinero a liquidar los dispendios de la Vuelta al Mundo de Vela y de las carreras de Fórmula Uno. Eso sí que son razones, y no el “capricho” de los coruñeses de extirpar de la panza de la ciudad la amenaza, tantas veces ejecutada, de los tráficos marítimos peligrosos y contaminantes.  
Es una tomadura de pelo que no vamos a consentir. Vamos a hacer cuanto esté en nuestra mano para exigir que se frene y se repare este agravio comparativo. Si hay dinero para Valencia lo tiene que haber para A Coruña. Y quien tenga la conciencia limpia y libre, que nos siga. Cualquier otra postura es forzada e inexplicable. Bajo las mismas reglas, ahora rotas, se firmó el convenio de 2004 y con idénticas normas comunes, el presidente Feijóo dio el único paso en firme hasta el momento, poniendo encima de la mesa 20 millones de euros para garantizar la titularidad pública de La Solana, Batería y el Centenario. La Xunta es la única administración que ha puesto por escrito su compromiso. 
En ese mismo contexto, el anterior Gobierno comprometió una inversión de 140 millones de euros para financiar el trazado ferroviario a punta Langosteira, una conexión de máximo interés para la ciudad y su comarca. Ambos compromisos son irrenunciables. En la primera mitad de 2019 la inversión en el tren al Puerto Exterior tiene que estar licitada. Estaremos vigilantes porque no permitiremos más retrasos. Esperemos también que, a día de hoy, los cinco diputados de En Marea en el Congreso ya hayan advertido a Sánchez de que no cuente con sus votos para nada. El alcalde, desde su silencio estival, ya habrá pedido audiencia al propio presidente y a su  delegado en Galicia para que sustancien “el diálogo y el consenso” que proclaman.
Antes o después se darán cuenta de lo que han hecho y repararán su afrenta. No hay otra, porque cientos de miles de coruñeses nos merecemos un trato justo, respetuoso y equitativo. No somos valencianos. Tontos, tampoco.

¡Juego revuelto!

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