La profecía se cumplió

el jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, nombre catalán, apellido castellano –su padre era un vallisoletano que emigró a Santa Coloma de Gramanet y trabajó como taxista– y su señorito, el conseller de Interior, el ultraindependentista Joaquim Forn –hijo de un catalán y una ecuatoriana–, el que diferencia entre muertos catalanes y muertos “de nacionalidad española”, eran conocidos en la República de Cataluña, pero en el resto de España nadie tenía noticia de su existencia. Ahora, desgraciadamente se han hecho familiares en todo el país, donde hay quien no los mira con buenos ojos, circunstancia que se da también en su propia casa, pues uno de sus subordinados, un mosso, ha escrito una carta que ya se hecho viral en la redes sociales en la que sentencia: “No se autoalaben tanto su trabajo para tapar sus miserias”. ¡Qué capacidad profética! A las pocas horas de publicarse su incendiario escrito se supo que la Policía belga había informado a la Generalitat sobre el imán de Ripoll y que la juez avisó de que las bombonas de Alcanar serían para un atentado...

La profecía se cumplió

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