La mala suerte de las electrointensivas

Mala suerte, pero muy mala, han tenido los trabajadores de las empresas electrointensivas gallegas. Se han encontrado con la tormenta perfecta en la que se está convirtiendo la crisis del coronavirus y parece que el Gobierno no tiene tiempo para atender sus exigencias en torno al estatuto de este tipo de industrias. Se manifestaron en A Coruña el miércoles, pero su voz quedó ahogada por el miedo que siente el país ante una dolencia de la que se sabe demasiado poco. El problema es que a ellos se les agota el tiempo sin que a nadie parezca importarle lo más mínimo. Sería bueno que ese gobierno que en breve comenzará una cuarentena, dedicara parte de su tiempo libre a buscar una solución razonable para una industria que es fundamental para Galicia, más si tenemos en cuenta que es de las pocas industrias que nos quedan por estos pagos.

La mala suerte de las electrointensivas

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