La visita al limbo de Caballero

“ENREDO”, serie televisiva tan disparatada como exitosa de principios de los ochenta, incluía en su reparto a un personaje que estaba convencido de que tenía poderes para desaparecer. Movía las manos como lo haría un prestidigitador al realizar un truco y pensaba que se había vuelto invisible. Desde entonces han pasado un montón de años, tantos que por aquel entonces el todopoderoso Caballero, don Abel, no había sido aún ministro, ni, por supuesto, había sido nombrado hijo adoptivo de A Coruña,   pero el alcalde de Vigo debió ser un fiel seguidor de “Enredo”, porque tras el accidente de O Marisquiño también estuvo unos días missing. Si gesticuló o no para borrarse del mapa, se desconoce; en cambio, se sabe que durante su estancia en el limbo le cayeron palos por todos lados y de todos los colores. Muy mal debe de ver las cosas él mismo, porque con lo que le gusta responder a quien se atreve a criticarlo, ni ha abierto la boca. 

La visita al limbo de Caballero

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