El dos por uno llega al mundo de los enfados

CUANDO Tyton llegó a la ciudad observando el mundo desde su 1,95 parecía que era un fichaje del Básquet Coruña. Pero no, su destino era el Deportivo. Su debut confirmó que era un portero de los que por entonces se estilaban en el equipo blanquiazul: balón que iba a puerta, balón que acababa en la red. No ha tenido muchas oportunidades de ratificar que esa era una conclusión precipitada, pero las veces que ha podido, ha sido terrible. Sin embargo, ha debido de gustarle la brisa de la Torre o el cheiro a Bens, vaya usted a saber, y no hay quien lo mueva de A Coruña. A Carmelo del Pozo le van más los vientos huracanados y no solo le ha abierto la puerta, sino que lo ha empujado para echarlo. “No me gustan los futbolistas funcionarios”, pregonó. Consecuencia: Tyton tiene un enfado de cuidado, pero también los funcionarios están que trinan por llamarles vagos así de extranjis. Y el Deportivo buscando un delantero centro... que le tramiten la ficha a Del Pozo, que se ve que le gusta jugar al ataque.

El dos por uno llega al mundo de los enfados

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