¿España grogui?

Claro, dirán ustedes, un ministro que dura una semana; el brutal impacto en la ciudadanía por los migrantes que viajaban en el “Aquarius”, o la conmoción en el Partido Popular por la marcha de su líder, las sentencias o los ecos, aquí en Galicia, de la sucesión de Mariano.
Vale, pues no. Y ojalá se pudiera decir “y también”. España está grogui, paralizada, estupefacta, indignada, desfondada y haciendo cola en Urgencias por la marcha de Lopetegui. Como siempre el personal se divide en dos, o mejor, en tres. Los malos, para unos, son Florentino y el Madrid; para otros, el ya exentrenador de la “roja” y, para los terceros, la Federación, que no supo llevar el asunto. O sea, por el patadón, por el fútbol,  groguis todos. 
Usaba “El País” las letras más “gordas” para explicar cómo estaba el personal y se llenaban telediarios, emisoras de radio y el asunto tomaba un importante eco en los medios informativos del extranjeros, dejando a un lado el rescate y acogimiento de los migrantes y la salida por la puerta de atrás del ministro de Cultura y Deportes, o los dineros que Bruselas quiere añadir a su política de fronteras, reforzando el control y apurando los retornos…
El incendio promovido por los “peloteros”, agitado por los que ven en el balón y el sudor de nuestros futbolistas el patriotismo más fiel, deja de un lado la mordaza con el que entre el Gobierno gallego y el presidente del Parlamento, quieren despachar los asuntos más peliagudos para nuestro querido Feij009; por ejemplo, las acusaciones de Greenpeace sobre la deficiente prevención de incendios que tenemos en Galicia
Aquí, nuestros políticos –en especial los populares– están preocupados por el “día después” de (si se confirma) la marcha de don Alberto a Madrid. Y se habla de la cuita de Baltar, la división en Lugo, las fricciones en A Coruña y la sucesión en Pontevedra, por elegir así los temas que se reparten en los mentideros gallegos. 
Y es que el mensaje, aunque se presuma cara al exterior de que todo está tranquilo, las diferentes familias del Partido Popular gallego están muy interesadas en la sucesión por aquello de “¿y qué hay de lo mío? 
Y es que ¡los han contado! los trescientos y pico compromisarios de Galicia pueden ser decisivos en el congreso del partido, donde –según los malvados de Madrid– se pueden debatir candidatos, pero que nadie juegue con las ideas. ¿España grogui? Mecachis. Esto lo arregla otro gol de Iniesta.

 

 

¿España grogui?

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