A un metro de distancia en Italia

cuántas veces hemos soñado con llegar a un bar en pleno fin de semana y no tener que abrirnos paso a codazos para llegar a la barra ni hacer equilibrios con el abrigo en una mano y el vaso en la otra. Pues esa preocupación ya no la tienen en media Italia, que ha decretado en las zonas más afectadas por el coronavirus que los clientes de los locales de hostelería deben guardar entre sí un metro de distancia para evitar contagios. Es el paraíso del antisocial: poder disfrutar de un vino sin que el parroquiano de al lado intente entablar conversación. Aunque la teoría es infalible –una distancia de un metro impide que las gotas de saliva que expulsamos al toser o al hablar alcancen a otra persona– llevar la norma a la práctica tiene que ser, como mínimo, engorroso. Ya veo a los camareros armados con cintas métricas y un palo para separar a los que se arrimen más de la cuenta. Una fantasía.

A un metro de distancia en Italia

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