La Justicia al servicio de la banca

El día 29-11-2011, el Pleno de ese órgano tan politizado denominado Consejo General del Poder Judicial nombró al abogado Sebastián Sastre, por el turno de juristas de reconocida competencia, como nuevo magistrado de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo.

La noticia, en principio, parecería de carácter exclusivamente judicial, un nuevo magistrado que cubre una vacante. Ahora bien, como si del argumento de una novela negra se tratase, al estilo John Grisham, resulta que el nombrado lleva defendiendo intereses de entidades financieras durante 43 años, los últimos 27 como jefe de los servicios jurídicos de “La Caixa”, y que, precisamente, la Sala de lo Civil juzgará asuntos sobre preferentes, subordinadas, swaps, cláusulas suelo de hipotecas, y otros productos, cuya ilegalidad viene desatando avalanchas de demandas judiciales contra los bancos y cajas que los comercializaron; “La Caixa” entre ellas. Asuntos de máximo interés para el sector a la hora de que el TS no se pronuncie en su contra. Curiosamente, siete meses antes del nombramiento, este jurista recibió de manos del Ministro de Justicia, Sr. Gallardón, la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort.

En adelante, el Sr. Sastre tendrá que dirimir plurales resoluciones sobre las cuales su humano criterio, al menos el inconsciente, no podrá ser imparcial, predeterminado por tan larga vida profesional al servicio y defensa de los intereses de una de las partes en conflicto.

Naturalmente, a los ciudadanos afectados esta noticia les inquietará y causará profundo disgusto ante lo que puede ser, al menos en apariencia, el cerramiento de la última salida que tenían ante esos fraudes bancarios: la Justicia. ¿Qué pensarían si un abogado penalista, especializado durante más de 40 años en la defensa de narcotraficantes, una especie de Ton Hagen, cuyo único cliente era Don Vito Corleone, fuera designado, de repente, en lo más álgido del crimen organizado, como magistrado de la Sala de lo Penal del TS? ¿Qué fue una casualidad? ¿Qué lo que ha defendido durante ese tiempo no influirá decisivamente en sus fallos? ¿Qué alguien con esa actividad profesional será capaz de obviar su pasado? Ustedes mismos.

La Justicia al servicio de la banca

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