Irrealismo económico

El Consejo de Ministros aprobó ayer la senda de estabilidad con la que elaborará los Presupuestos de este 2020. La idea general que nos vendieron ayer las ministras de Hacienda y Economía es que la economía española va bien, se crea empleo y la balanza de pagos por cuenta corriente tiene superávit. 

Así que, con esas premisas, el déficit público se rebaja apenas 3 décimas en relación con el año anterior, apenas lo hace la deuda pública y, eso sí, el gasto aumentará un 3,8%. Ambas ministras nos hablaron de prudencia, responsabilidad y realismo. Personalmente, creo que no se cumplen ninguna de las tres premisas. Básicamente, porque se parte de la irrealidad. 

Baja el crecimiento, se reduce menos el paro y aumenta mucho menos el empleo. El Gobierno habla de dinamismo del mercado laboral, del mayor crecimiento de España frente a otras economías y la incertidumbre de los riesgos han evolucionado, se supone que favorablemente.

En definitiva, baja el crecimiento al 1,6% y el paro apenas se reduce. Es más, se eleva la tasa de paro al 13,6%. La reducción del déficit es mínima y todo el esfuerzo en materia de deuda pública se reduce a que esté por debajo del 90% del PIB al final de la legislatura. Hay que recordar que la exigencia de Europa es de que se sitúe en el 60% del PIB.

Y si crecemos menos y gastamos más, la pregunta es obvia. ¿De dónde va a salir el dinero para abordar los mayores gastos por desempleo, por pensiones sin la más mínima reforma y con la previsible caída de la recaudación? Ya ha quedado demostrado que, con los nuevos impuestos anunciados y la subida de Sociedades e IRPF, las cifras no salen. 

De nuevo, no nos cuentan la verdad. Habrá que esperar a que Bruselas examine las nuevas previsiones y vuelva a poner al Gobierno en la realidad de que estas cuentas no cuadran sin subir el IPRF a la mayoría de los ciudadanos.

Irrealismo económico

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