Y Montoro vio la luz

Nunca es tarde si la dicha llega. Y llegó. Y al Parlamento, donde Montoro, ese señor que maneja la Hacienda de todos y lleva en política treinta años, aprovechó el caso Pujol para pedirle explicaciones a Mariano.
¿Qué como lo sé?
Pues al escucharle decir que “no es posible que durante treinta años los herederos del exhonorable no se enterasen de nada y sus colegas y ciudadanos no sospecharan nada”-
O sea: señor Rajoy no es posible, ni creíble, que usted, Fraga, Aznar, Feijóo, Romay Beccaría, etc. no se enterasen durante treinta años de los manejos de Fabra –el de Valencia y el de Castellón–; Matas, Camps, Cotino y sus sobrinos, Bárcenas y sus antecesores en “la caja” no se enterasen durante treinta años de esas tropelías.
El señor Montoro, que no pasaba por allí un día al mes, sino a diario, camino del despacho y de su asiento en el Congreso, tenía que conocer, tratar, compartir, con el que fue contable, gerente, tesorero y senador. Que tenía coche y secretaria. Que se le pagaba en diferido…
Montoro vio la luz y al poner sobre la mesa el caso Pujol estaba señalando toda la miseria que acompaña a su partido desde las obras de Génova hasta las de Baleares, pasando por comisiones, donaciones, sobres y otras cosas que cheiran que fede.
Y cuando Montoro, que pertenece desde hace muchos años a una familia con negocios inmobiliarios y otros tantos que pertenece al club de la gaviota, no puede repetir –como hacen sus colegas y los altavoces mediáticos– que Bárcenas, Camps, Mata, Fabra ya no son del PP, pues –¡anda ya!– Pujol tampoco es president.
Lo que sucede, como sabe Montoro, es que unos y otros metieron la mano en la caja pues estaban en el sitio oportuno, con cómplices necesarios y un paisaje propicio.
Aquí cuando alguien –seguramente el número dos de la trama Gürtel, que ya contó lo del dinero en carpetas azules, rumbo a Galicia– haga las cuentas de las romerías populares (pulpo, vino, carne richada y gaiteiros) todos los que iban a sacar pecho mirarán para otro lado.
Y lo malo es que, al otro lado, se van a encontrar que dieciocho mil familias gallegas padecen pobreza severa. A ellos les vendría de p.m., el pulpo, el vino y la carne richada. De Pokémon y de fotos hablará la jueza.

Y Montoro vio la luz

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