Un duelo singular

Son días complicados, dijo el rey ante el duelo que los políticos catalanes tienen  planteado al Estado que ya aburre al resto del país. Pero como hay vida más allá de Cataluña,  hoy rescato la noticia de otro desafío singular que se produjo días después del 12 de octubre tras la aparición de unos cuantos detractores de la fiesta nacional. 
Aquel día, que debería servir para unir, fue aprovechado por algunos políticos y gente del espectáculo para hacer comentarios ofensivos a la celebración y al papel desempeñado por España en el descubrimiento de América, que es verdad tiene luces y sombras, pero desconocen la historia quienes reducen la colonización a una conquista sangrienta y de rapiña. 
Uno de los mayores detractores de la fiesta nacional fue el histriónico Willy Toledo que con comentarios escatológicos se ciscó en España, en el 12 de octubre, en la monarquía y en la Virgen del Pilar al grito de “no hay nada que celebrar y mucho que defecar”. ¿Dónde está la noticia? En la reacción del general retirado Fernández-Monzón que consideró estos comentarios como una afrenta y retó al cómico a batirse en duelo. “Aunque él no sepa lo que es la palabra honor, yo le reto a un duelo a muerte con el arma que quiera”, dijo este militar de 81 años, al que le gustaría verse con el actor “con una pistola en la mano” en el Bernabeu o en el Nou Camp.
El reto del general ofendido nos retrotrae a los tiempos en los que los duelos “a primera sangre o a muerte” eran la forma de salvar el honor o dirimir las diferencias. Por fortuna, esos desafíos desaparecieron del occidente civilizado hace tiempo, aunque a veces  reaparezcan sin el preceptivo ritual en alguna movida nocturna o entre aficionados al fútbol que se retan en los aledaños de los estadios.
Hoy en la vida política las diferencias se dirimen con votos y en la vida social predomina la libertad de expresión civilizada. Por eso, a Willy Toledo y a sus colegas de la política y de la farándula, que tienen una visión tan negativa del hecho nacional y llevan en sus entrañas una pulsión de resentimiento hacia España -como algunos políticos catalanes-, les vendría bien buscar una relación más sosegada con el país y más respetuosa con los ciudadanos, incluidos los que no tengan su militancia y piensen distinto a ellos. 
La España diversa y variada, rica y solidaria es nuestro país y si dan una vuelta por el exterior podrán comprobar que hay sitios infinitamente peores.  

Un duelo singular

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