EN DEFENSA DEL EMPLEO

El nuevo encierro que protagonizan los trabajadores de la Fábrica de Armas es la prueba evidente de la desesperación en la que están sumidos como consecuencia de la falta de soluciones a su situación laboral. Hace unas semanas, parecía que todo se resolvería de manera inmediata, pero han ido pasando los días y la decisión no acaba de llegar. Es verdad que se trata de una asunto complejo –el futuro laboral de decenas de personas– sobre el que cualquier acuerdo que se adopte debe estar muy meditado, pero a veces una demora larga genera intranquilidad, que es lo que sucede en la Fábrica de Armas y lo que conviene evitar cuanto antes.

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