Servicios sociales y desigualdad

os servicios sociales nacieron con la vocación de ser la herramienta fundamental de lucha contra la desigualdad y paradójicamente cada vez esta es mayor en nuestro país. Por eso hay que reconocer, sin ningún tipo de duda, el fracaso de la mayoría de las políticas sociales al seguir con el asistencialismo y la estigmatización de las familias en vez de favorecer la integración social de las personas desfavorecidas. 
Hay que tener en cuenta que los servicios sociales son un derecho, no una simple ayuda caritativa, de ahí que una gran mayoría de ciudadanos prefiera que los servicios sociales sean públicos, universales y de calidad. Calidad que se ha ido mermando, poco a poco, en los últimos tiempos al ir desviándose prestaciones y servicios al sector privado con un claro y evidente deterioro en la calidad del servicio y un aumento de la precariedad laboral del personal que lo desempeña. 
Desde los diferentes departamentos de los servicios sociales municipales y desde la propia Xunta de Galicia, máxima responsable de las políticas sociales, tienen la obligación de responder a las necesidades de la gente y ofrecer soluciones a los problemas y demandas de las personas. En muchas ocasiones esto no sucede y algunas personas se sienten que van a ”pedir limosna” cuando, por necesidad y falta de recursos, acuden para que se dé cumplimiento a la legalidad vigente y se respeten sus derechos básicos.  
Algo no está funcionado bien, ya que en la actualidad sigue sin haber garantías para la gente que no percibe ningún tipo de prestación económica. Aún no hay un sistema de garantía de ingresos mínimos que permita a cualquier persona o familia a vivir con un mínimo de dignidad. 

Servicios sociales y desigualdad

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