POLÍTICOS Y SOCIEDAD

Cada vez son más los ciudadanos que piensan que la clase política, en general, vive de espaldas a la realidad social y a los problemas del día a día, esos que acongojan al hombre de a pie.

Llama poderosamente la atención la poca seriedad y la falta de respeto hacia las personas que no tienen empleo cuando debaten sobre el paro en los parlamentos autonómicos, nacional o europeo. Se limitan a tomarse a la ligera la sangría social del paro, con carcajadas incluidas, culpándose unos a otros y presumiendo de que cuando unos gobernaban la tasa se paro era inferior a la actual y otros argumentos de escasa catadura moral.

Mientras tanto millones de familias viven en la miseria y tienen que sumergirse en la economía paralela

 

Vergonzoso que tengamos una clase política de tan bajo nivel. Parece que lo único que les importa, sin diferencia de clase ideológica alguna, es poder cobrar a fin de mes, puntualmente, esas suculentas nóminas que salen del dinero de los contribuyentes.

Mientras tanto unos cuantos millones de familias viven en la miseria económica y tienen que sumergirse en la economía paralela sin ningún tipo de garantías laborales ni sociales para tratar de subsistir como buenamente puedan. Los albergues, comedores sociales, bancos de alimentos, roperos y demás servicios básicos que prestan las diferentes entidades no gubernamentales están a tope de ciudadanos que necesitan ayuda para poder subsistir con un mínimo de dignidad y mantener intacta la ilusión de que un día, no gracias por supuesto a su clase política, podrán mejorar sus condiciones de vida.

 

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