LOS CUATRO GASEROS

El Consejo Empresarial para la Competitividad –CEC– en el que están integradas 17 grandes empresas estuvo de gira por 23 países mostrando la fiabilidad y solvencia de la economía española. Concluida la etapa internacional, representantes del  CEC recorren  España –en noviembre estuvo César Alierta en Galicia– y predican el final de la crisis.  
La semana pasada “ofició” de presentador de las bondades de nuestra economía Antonio Brufau, presidente de Repsol, empresa que está en el CEC, que reafirmó en Barcelona las buenas perspectivas de recuperación del país.
Pura palabrería, porque la realidad es muy distinta. La compañía Repsol que preside el Brufau que canta las fortalezas de la economía española y Gas Natural Fenosa tenían una oportunidad de oro para ayudar a la salida de la crisis del naval encargando los cuatro buques gaseros a Navantia, que cuenta con recursos humanos y tecnológicos para su construcción. Pero ambas empresas “tan patriotas” dieron la espalda a los astilleros españoles y contrataron los metaneros en Corea y Japón. Brufau canta las excelencias de España por la mañana y por la tarde, en la primera ocasión que tiene de ayudar a levantar a un sector como el naval, lleva el negocio al extremo oriente asiático.
Mas grave es el comportamiento de Gas Natural Fenosa que se olvida del naval gallego –¡ahora dice que intentará que Navantia construya un metanero!– mientras “ordeña” los recursos naturales de Galicia. ¿No debería esta empresa “mimar” a esta comunidad que le compensa con creces el sobreprecio de los gaseros, si lo hubiera, con lo que le aporta para su proceso de producción de energía eléctrica?
En esta enésima crisis también quedó claro que el naval no es una cuestión de Estado para este Gobierno. El ministro Soria hizo de valedor de Repsol en su pleito con Argentina y en sus desavenencias con Pemex; y el ministro Montoro estuvo diligente para arreglar el problema creado con las eléctricas, entre las que está Gas Natural Fenosa. ¿Por qué no mostraron la misma diligencia y apoyo al naval para que estas dos empresas “españolas” contrataran los gaseros en España?
El actor Simón Cabido disfrazado de Doña Croqueta decía “Mi no comprender”. Y don Ciprián de Penalva, que sabía “gramática parda”, diría que “non hai nada que comprender. O falar non ten cancelas, pero o capital non ten patria”. Es lo que explica que Navantia se quedara sin los cuatro gaseros.

LOS CUATRO GASEROS

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