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viernes | 19 abril | 2024
La calle del Sargento Provisional, en la Sagrada Familia, fue poco antes de la una de la tarde de ayer el escenario de un agresión con arma blanca que podía haber acabado en homicidio, de no ser por la oportuna intervención de uno de los testigos, que consiguió calmar al agresor. Éste fue detenido por agentes de la Policía Nacional. En cuanto a la víctima, un hombre de 41 años, fue trasladado al Complejo Hospitalario Universitario donde ingresó con una profunda herida en el abdomen. Sin embargo, esta no era grave, y fue dado de alta a lo largo de la tarde.
Los dos, víctima y agresor, se conocían y residen en el barrio. De hecho, salían del comedor de una organización benéfica que se encuentra en esa misma calle. Según explicó el presidente de la entidad, ambos son habituales de su comedor social, en el que se sirve a personas con escasos recursos económicos. Al parecer, la víctima se encontraba fumando en el interior del local cuando se acercó el agresor y se lo recriminó. “Le dijo que no se podía fumar aquí, y es cierto, tenemos un cartel que lo prohibe”, explicó el responsable.
Sin embargo, la víctima no estaba por la labor de apagar el cigarrillo y respondió despectivamente a su agresor. Los que conocen al agredido, coinciden en que tiene una personalidad problemática. “Es una persona con problemas psicocognitivos”, comentaron. Además, también exhibe una tendencia acusada a ser grosero con todo el mundo: “Es esa clase de tonterías que si le conoces no le das importancia pero si no, te ofendes”. Es por eso que ambos sujetos ya habían mantenido alguna discusión, pero nunca habían acabado en enfrentamiento.
Ayer tampoco parecía que la situación fuera a resolverse de forma violenta. Ambos salieron del comedor y se dirigían a la calle cuando volvieron a discutir en el pasillo, según recuerda uno de los trabajadores del comedor social. Tras esa nueva discusión, el agresor le dio la espalda a la víctima y cuando se encontraba a escasa distancia de la puerta, recibió un puñetazo en un lado de la cabeza. Aquella agresión precipitó los acontecimientos.
Traidor > “Comenzaron a gritar en la puerta. Él (el detenido) decía ‘¡Me ha pegado por detrás! ¿Habéis visto qué traidor?’ y el otro decía ‘me cago encima tuya’ y se reía”, continúa el testigo. Al final, el agredido volvió a entrar en el local y salió armado con un cuchillo de cortar el pan. Alcanzó a la víctima cerca de la pista polideportiva, donde le asestó la única puñalada que, según parece, llegó a acertarle.
El informe de Urgencia afirma que la herida penetrante le alcanzó en el hemiabdomen izquierdo, así que fue un pinchazo, no un corte y, según algunos testigos, fue bastante profundo: “Antes de salir la sangre primero brotó un líquido verde”.
A partir de ahí, la víctima emprendió una carrera por la calle de Sargento Provisional abajo para salvar su vida, mientras su agresor le perseguía cuchillo en alto. Trató de esquivarle metiéndose entre los coches estacionados en la acera, pero habría sido alcanzado de nuevo de no ser porque el trabajador se interpuso en su camino, justo delante de una cafetería.
“Me dijo que me quitara, que aquello no iba conmigo”, recuerda el trabajador del comedor social, que asegura que el agresor “estaba muy pálido” y parecía fuera de sí. Al final, consiguió convencerle para que soltara el cuchillo, mientras la víctima se desangraba sobre la acera: “Es verdad que sangraba bastante pero es que las heridas ahí producen bastante sangre”. El reguero que dejó sobre la calzada y la acera daban testimonio.
Tras conseguir que el agresor se calmara, aparecieron en seguida varias unidades de la Policía Nacional que se hicieron cargo de él, mientras que el 061 le practicó las primeras curas y detuvo la hemorragia antes de trasladarle al Hospital. Después de que los dos se fueran, los locales de la calle se llenaron de gente que comentaba lo sucedido y que curioseaba alrededor de los restos de sangre.
