El ministro de Defensa, Pedro Morenés, impuso ayer a título póstumo la Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo amarillo a los cuatro militares del Ejército del Aire que fallecieron el pasado 19 de marzo al precipitarse al mar en Canarias el helicóptero en el que viajaban.
Morenés presidió el funeral celebrado en la Base Aérea de Gando, en Gran Canaria, en memoria de las víctimas. El acto se celebró en el hangar del 802 escuadrón del Servicio Aéreo de Rescate, grupo al que pertenecían los fallecidos, y a él asistieron, además de familiares y amigos, sus compañeros, todos visiblemente emocionados.
Entre ellos, estaba el sargento Johander Ojeda, el único superviviente del siniestro que costó la vida al capitán coruñés Daniel Pena, los tenientes Carmen Ortega y Sebastián Ruiz y el sargento Carlos Caramanzana.
El funeral estuvo oficiado por el vicario general castrense, Pablo Panadero, quien destacó la lealtad y la entrega de los militares fallecidos, “que dieron su vida mientras estaban tratando de salvar a los demás”.
Panadero animó a los familiares a seguir adelante “aunque su corazón esté roto” y les ha recordado que sus seres queridos creían que “merece la pena vivir por un ideal”.
Al finalizar el funeral, el ministro de Defensa entregó a las familias las banderas que cubrían los féretros de los cuatro fallecidos y sus gorras mientras les daba el pésame.
El helicóptero del SAR siniestrado se estrelló el 19 de marzo en Fuerteventura, cuando realizaba un entrenamiento de rescate nocturno en coordinación con el patrullero “Meteoro”.
Solo sobrevivió uno de los cinco militares que iba a bordo en ese momento: el sargento Johnander Ojeda, que operaba la grúa.