El penúltimo capítulo sobre las concesiones en el puerto deportivo de Sada está a punto de escribirse. Se trata de la adjudicación de la explotación de las instalaciones para los próximos seis meses, esto es, la segunda mitad de este año.
Será la concesión previa a la que tendrá carácter definitivo y que se prolongará durante 30 años. Es decir, que si no hay problemas como con la anterior, debería funcionar hasta el año 2041 ó 2042, en función de cuándo entre exactamente en vigor.
Desde Portos de Galicia se había solicitado a la Consellería de Facenda en el mes de mayo que se realizara una valoración de la única propuesta que quedaba en liza para hacerse con la concesión de seis meses, que no es otra que Comercial Internacional SL.
Es la misma compañía que sirve de asesora para el ente portuario autonómico desde el pasado mes de febrero, cuando se cesó a la anterior adjudicataria, Marina Sada, con el fin de empezar a cumplir la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) de 2003 y que fuera ratificada por el Supremo en 2007.
Ese informe de Facenda le ha sido remitido recientemente a Portos –dependiente de la Consellería do Mar– y es positivo, aunque sí lleva consigo una serie de indicaciones que solicitan seguir para otorgar la concesión con todas las garantías.
Por eso, fuentes del ente público aseguraron ayer que en los próximos días podría ya anunciarse la adjudicación a Comercial Internacional, que se encargaría por tanto de gestionar la explotación del puerto deportivo. Algo que supondría también que Portos cedería todas las competencias que tiene en la dársena desde que Marina Sada desapareció de las instalaciones.

No vinculante > Cabe recordar que el informe que ahora emite Facenda no tenía carácter vinculante, es decir, que si Portos hubiera considerado igualmente que Comercial Internacional reunía todos los requisitos para convertirse en la empresa adjudicataria del puerto podían haber seguido adelante de todos modos.
Asimismo, ese informe que se le pedía al departamento económico de la Xunta servía también para asegurarse de que el proyecto con la mencionada empresa resultara viable, ya que se había convertido en la única aspirante a gestionar las instalaciones sadenses después de que la documentación presentada por la otra compañía que, en principio, iba a concurrir al concurso –el Club Náutico–, hiciera que Portos la eliminara por “falta de solvencia”.