Reportaje | Las contraindicaciones de un modelo de gestión pionero

Reportaje | Las contraindicaciones de un modelo de gestión pionero
05 agosto 2018 A Coruña.- La antigua cárcel abrió sus puertas con un aforo máximo para 25 personas y una exposición

El 4 de agosto, una de las voluntarias de Proxecto Cárcere, Mariola Mourelo, explicó que habían adoptado el sistema mancomunado de los montes gallegos, donde cada uno es propietario siempre que la use como “una casa con fume”, que entren y salgan dejando el fuego encendido. De este modo, arrancaba una corta historia de apenas cuatro meses activos porque estuvieron dos meses limpiándola a fondo, poniéndola a punto y adaptándola para que todos pudieran entrar y aunque la idea prometía, la burocracia no estaba preparada. 


Eso es, al menos, lo que esgrime otro voluntario, Tono Galán, que recuerda que en todo este tiempo no sabe “cantos modelos de formulario” usaron para comunicar lo que tenía lugar dentro. Hacían sus deberes, pero les venían de vuelta por la forma de hacerlo “e isto repercutía no ánimo da xente”, que venía de luchar ocho años por darle vida al espacio. 


A pesar de que también les llegó un comunicado por parte de Patrimonio, donde la Xunta dice que las pasarelas de acceso no se corresponden con el tipo de actividad que se desarrolla en el interior del bloque, que “din que non é un espazo para actividades socioculturais”, tienen el compromiso del Ayuntamiento de mediar con el Gobierno autonómico porque con quien tienen firmado el contrato, recuerdan, es con los de María Pita y es en lo que están. 


El viernes pasado, además de anunciar el parón, Proxecto Cárcere presentó en el registro la solicitud de un protocolo y a la espera se encuentran con el fin de reanudar lo que empezaron. Sin más intención que la de ayudar a que la prisión siga viva, son conscientes de que es un proceso experimental que no se dio antes, y que “tampouco saben eles o que hai que facer”. 

Sin embargo, señalan que lejos de colaborar, “non pasan unha”. Desde la Xunta, la nueva  ley de espectáculos públicos tampoco ayuda porque “na propia Xunta non saben como desenvolvela” y la naturaleza de la cárcel hace que esté en terreno de nadie, no se puede encasillar y lo que más se ajusta es una opción de lugar transitorio, “pero chegas alí e dinche que é unha cousa, recheas o formulario e despois non vale”. Ellos argumentan que tramitan lo que hacen los otros porque en este período “non se fixeron máis que tres cousas”. El modelo pionero se extiende en el tiempo, “contrario ao sistema, que é decimonónico”. 


Proxecto Cárcere destaca su funcionalidad “do mellor que debe haber na Coruña” porque los vecinos disponen de un sitio para ellos. 

Solo tienen que atender a unos principios que tienen que ver con el respeto al prójimo y ser apolíticos. “Os seis meses que levamos o intentamos facer o mellor posible”, dice Galán, deseando que el sentido común reine por fin.

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