Un pedazo del Barbanza y de la naturaleza gallega vistos a través de 47 instantáneas

Un pedazo del Barbanza y  de la naturaleza gallega vistos a través de 47 instantáneas
La muestra “Natureza bela” se puede ver en el Colegio de Médicos | pedro puig

Una muestra de la amplia gama de seres vivos que uno se puede encontrar en un paseo por la zona del Barbanza, vistos a través de la óptica de una cámara fotográfica, así es la nueva exposición que acoge el Colegio de Médicos de A Coruña.

El fotógrafo Juan José Agilda expone una selección de 47 imágenes en las que se puede observar la naturaleza de la zona en su máximo esplendor, cuidando mucho el captar la sutileza de algunos seres, como aves, abejas o flores.

La muestra transcurre bajo el nombre “naturaleza bela”, y en ella quiere dejar ver, no solo la naturaleza en si mismo, sino también la pegada positiva del hombre, aquella que trata de prevenir la destrucción del entorno. Así, la cámara de Agilda no solo captura caballos salvajes y pequeñas aves escurridizas, sino también puestos de salvaguarda o cortafuegos que previenen de posibles catástrofes naturales.

“Fue un poco enfocada hacia el bosque, hacia el monte”, comenta Agilda, aunque también hay hueco para alguna imagen diferente, como tomas urbanas, y nocturnas, de A Coruña, en las que juega con la iluminación de las farolas y la lluvia para crear una instantánea que poco dista de la abstracción. Tal y como explica Agilda, utiliza distintas cámaras, ofreciendo así diferentes resultados.

El autor acompaña cada imagen con una pequeña explicación, no de dónde o de cuándo está tomada la fotografía, sino a modo de contexto sobre esta. Ya sea explicando que tipo de ave es y por qué se caracteriza, o dando pistas de por qué los miles de caballos salvajes de Galicia son tan importantes para el entorno. Le sirve también para dar pie a pequeños comentarios explicativos sobre como están tomadas algunas imágenes.

Herencia

Explica Agilda que su interés por el mundo de la fotografía proviene de su padre. “Si miro los orígenes, podría decir que me interesa desde los siete años, porque soy hijo de fotógrafo”, señala. Su progenitor era fotógrafo en Oza dos Ríos y “yo le echaba una mano, de hecho, hubo una parte importante de mi vida que lo dediqué a la fotografía”, añade.

Hasta casi los 25 años se dedicó “casi en exclusiva” a la fotografía. Llegado el momento de tener que emprender su camino, vio que Oza dos Ríos no había mercado suficiente como para realizar el mismo labor que hacía su padre y la inversión que tenía que hacer para instalarse en otro lugar era muy alta, así que decidió dedicarse a otra cosa. Así la fotografía pasó a ser una afición a la que le dedica una gran parte de su tiempo libre.

Un pedazo del Barbanza y de la naturaleza gallega vistos a través de 47 instantáneas

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