Bajan los cambios de décimos premiados por lotería del Niño

El Gordo de la Lotería de Navidad no repartió este año grandes premios en A Coruña pero sí dejó muchos aguinaldos en forma de pedreas o devoluciones. Sin embargo, lo que antaño suponía un impulso de ventas de al sorteo de El Niño ahora provoca todo lo contrario. Los loteros notan que cada vez se reinvierte menos de lo jugado porque la ciudadanía hace suyo ese refrán de “más vale pájaro en mano que ciento volando”.
“Se subió bastante la venta para El Niño en Navidad, otras veces la actividad empezaba fuerte cuando se cobraba lo del Gordo”, reconocía el gerente de El Filón de Oro, Pablo Seivane, el mismo día del sorteo del día 22 de diciembre. En La Favorita aseguraban que sus cuentas iban bien pero esperaban a las devoluciones de los décimos “porque se reinvierten en Reyes”. En otros negocios como el de Carrefour o As de Oros, en Los Rosales, el despacho de décimos iba más lento pero se respiraba cierto optimismo.
No obstante, pasados los primeros momentos y llegada la hora de regresar a las administraciones para cobrar lo ganado, los loteros se han encontrado con una realidad bien distinta. Nunca fue habitual ver las colas del Gordo para adquirir boletos para El Niño pero, según la a copropietaria de La Favorita, Ana García, las cosas han cambiado mucho.
“La venta va más o menos igual y terminaciones en cinco y siete ya no tenemos pero la mayoría ya no reinvierte las devoluciones que cobra”, indica a unos días de que los bombos vuelvan a dar vueltas. Si bien reconoce que todavía hay gente que tan solo intercambia un décimo por otro, destaca que hay muchos clientes a los que esos 20 euros les hacen falta “y se los llevan”. La misma tendencia se nota en otros establecimientos donde, además, si antes se gastaba una cantidad alta de dinero ahora se reduce.

casos en positivo
Como en todo hay excepciones y el responsable de La Florida y presidente de la Asociación de Loteros de Galicia, Francisco Ramas, comenta que a nivel personal de su negocio podría “vender algo más que el año pasado tal y como va la cosa”.
Sus clientes, que en su mayoría no viven en uno de los barrios más afectados por la crisis, siguen comprando porque dieron “bastantes pedreas” y estas se destinan en parte a tentar de nuevo a la suerte. “Aquí el décimo se ve cada vez más como algo asequible”, reflexiona.