La crisis reabre el debate sobre los salarios de los diputados durante el confinamiento

La crisis reabre el debate sobre los salarios de los diputados durante el confinamiento
Vista del hemiciclo momentos antes de uno de los plenos celebrados durante el estado de alarma | aec

Las consecuencias del coronavirus resucitaron el debate sobre las retribuciones de los diputados y sobre si se les debe bajar ante el contexto económico que se avecina, muy deteriorado por la pandemia. 

Sin embargo, ahora mismo, cualquier movimiento en este sentido solo depende de ellos ya que la única manera de que el diputado reduzca lo que recibe pasa por que quiera, por ejemplo, hacer una donación. “Pero es su decisión”, aclara una fuente consultada. 
Se van sucediendo ideas al respecto: el Parlamento andaluz donará a la lucha contra la Covid-19 la cuantía que deje de pagar por dietas a sus diputados, en tanto que el de Cataluña instó a señorías a renunciar a las dietas de marzo y abril para que ese montante se invierta también en combatir el virus. 

Los diputados y senadores socialistas donarán las indemnizaciones por sus funciones representativas a entidades con carácter social o público “como gesto de solidaridad con los sectores más vulnerables” mientras dure el confinamiento.

Pero, a su vez, está en discusión la bajada de los sueldos, algo que propuso Adelante Andalucía y sugirieron Inés Arrimadas o Irene Montero 

En el Congreso, los diputados no cobran un sueldo, sino una asignación constitucional; es un derecho que recoge el reglamento de la Cámara, artículo 8.1. 

A esta asignación, blindada por la ley, hay que sumar otro derecho, el de recibir “ayudas, franquicias e indemnizaciones por gastos que sean indispensables para el cumplimiento” de las funciones parlamentarias, como reconoce el artículo 8.2. “No son dietas”, advierte una fuente. 

La asignación constitucional supera, en términos brutos, los 2.900 euros mensuales, que cobran por igual todos los diputados. 

Se añaden complementos derivados del puesto que tengan, desde los más de 3.200 euros brutos que cobra la presidenta del Congreso, sin contar gastos de representación y de libre disposición, a los 739 euros al mes que perciben los portavoces adjuntos de las comisiones.  

“No se puede pues un diputado sigue siendo diputado aunque no haya actividad, y un portavoz en la Comisión de Transportes sigue siendo portavoz en la Comisión de Transportes aunque no se reúna la comisión”, destaca un exdiputado con mucha experiencia parlamentaria.

La crisis reabre el debate sobre los salarios de los diputados durante el confinamiento

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