Lección de intensidad

Lección de intensidad
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El fútbol no vive solo de pasión y testosterona, pero son dos factores que pueden equilibrar un partido y marcar diferencias. Así fue el sábado en Riazor y ayer en A Grela. El Silva sometió al Fabril como el Depor hizo con el Celta. Un alto nivel de intensidad, solidaridad en defensa y rigor táctico fueron denominadores comunes en sendas victorias. El equipo de Javier Bardanca sabe a lo que juega, especialmente en su campo. Orden y contundencia atrás y velocidad en las transiciones. Con esos ingredientes y el clínic de Brais, que asistió en el primer tanto y sentenció con un doblete, se llevó el triunfo en el derbi. El triunfo de la clase trabajadora. 
El Silva funciona como una obra. El arquitecto Bardanca  –en la grada por sanción– y el jefe de obra Esteban diseñaron el partido que querían desde fuera. Piña ejerció de encargado ante las importantes ausencias de Michi y Rebollo. El mediocentro manda a sus compañeros, parte y reparte. Guillermo, Beto, Callón y Marcos Gómez actuaron de oficiales de primera; Insua, Cuesta, Cardelle, Patiño y Pereira, de peones. Todos a una, con el hambre necesaria y el innegable compromiso que piden los derbis. 
¿Y Brais? El delantero que no es delantero actuó de artificiero y dinamitó el partido en tres acciones letales. La primera, recuperación y asistencia para el 1-0 de Marcos Gómez; la segunda, una sutil vaselina por encima de David que acabó en el 2-1; y la tercera, un taconazo en el área pequeña que culminó la perfecta estrategia del Silva para el 3-1 que cerró el marcador.
Si Brais y su equipo rozaron la excelencia, el Fabril nunca se encontró a sí mismo. Le faltó la intensidad que Mosquera reclama a sus ‘leones’ cada partido. El técnico mandó hace unos días un mensaje velado a los que critican la propuesta del Silva. Y tenía razón, juega a lo que juega y lo hace de maravilla.
El Fabril sufrió para domar la pelota y generar ocasiones de peligro. En la primera mitad se enmarañó una y otra vez ante la presión silvista y una asfixiante defensa de ayudas. La solución llegó por la izquierda y nació de las internadas de Lucas y los detalles técnicos de Pancho. Entre ambos crearon las primeras llegadas sobre el área local, aunque la mejor fue de Edu con un remate al lateral de la red tras un balón colgado de Corredera que peinó Rober y cedió Iago. 
El Silva, que apenas inquietó a David en la primera mitad, se encontró con un ‘regalo’ nada más empezar la segunda. Brais interceptó un pase de Rober en campo propio, asistió y Marcos Gómez definió. Es el abrelatas y goleador del Silva y suma ya siete goles, cuatro en las últimas cuatro jornadas. Sin tiempo para celebrar empató el Fabril en una disputa que Pancho ganó a Beto tras un centro de Lucas. 
El intercambio de golpes favoreció al Silva, que contestó por partida doble. En las dos jugadas finalizó Brais y falló la defensa visitante. Rober, decisivo con sus errores, se comió un pase de Cardelle y el ‘9’ blanco definió con una magistral vaselina. Poco después la zaga blanquiazul pecó de pasividad en una fenomenal estrategia: córner de Patiño al punto de penalti, tiro raso de Marcos Gómez y taconazo de Brais en el área pequeña para desviar a gol.
El Fabril empujó en los minutos finales pero se topó con un infranqueable Guillermo. El Silva celebró un triunfo que ya es historia del club. 

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