La centolla vuelve a la plaza a bajo precio por la ausencia de hosteleros

La centolla vuelve a la plaza a bajo precio por la ausencia de hosteleros
Las centollas más sabrosas se podían vender a veinte euros el kilo en la plaza de Lugo | javier alborés

La de ayer fue una jornada extraña para la Lonja. Era el primer día de venta de centollas, un evento que siempre genera gran expectación. La pesca no se dio mal, y se pusieron en venta cerca de cuatro toneladas Sin embargo, el coronavirus, y las medidas adoptadas para combatirlo, también lo han afectado, y los subastadores comentaban al acabar la jornada los precios tan bajos que alcanzaron los crustáceos que salían por la puerta con destino a los mercados coruñeses. 

Sonia Servet, presidenta de la asociación de subastadores, se mostró desencantada de cómo había marchado este primer día. La subasta se celebró en una sala   ex profeso, en vez de junto al resto de la Lonja, lo que contribuyó a que pareciera que había menos centollas de lo habitual. Pero Servet confirma que las cuatro toneladas de marisco entran dentro de la cantidad habitual. 

“Hubo cantidad pero calidad no, fue muy mala”. avisa Servet, que considera que los precios fueron bajos, las más caras oscilando entre los doce y los quince euros. “Lo que es para cocer y luego solo tienes un cenicero no se paga”, añadió en broma, porque no había género verdaderamente bueno, en su opinión: “Ha sido un día muy flojo y creo que los barcos están esperando a traer la centolla buena el fin de semana”. 

Un varapalo increíble 
Los subastadores esperan que la situación cambie entonces. Como los restaurantes y otros locales de hostelería deben permanecer cerrados durante todo el mes, a los  pescadores no les convenía traer buen género, no cuando sus mejores clientes están fuera de servicio “Para ellos, eso ha sido un varapalo increíble, por eso han traído lo suficiente para la plaza y poquita más”. 

En cambio esperan que el fin de semana se anime a poner una buena centolla en la mesa, aunque solo sea para sacarse el mal sabor de boca que supone tener que quedarse en casa. “Estamos en un confinamiento raro, porque trabajamos igual, menos los restaurantes. El fin de semana te vas a quedar en casa, y a lo mejor te apetece marisco. Esa es la idea nuestra”, explica la representante de los subastadores.

A esa esperanza se aferran todos, pero queda por ver si se cumplirá. De momento, los precios razonables parecía que animaron a los clientes, porque los placeros no se quejaron de las ventas de la mañana.

La centolla vuelve a la plaza a bajo precio por la ausencia de hosteleros

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