El descenso de la natalidad y el envejecimiento poblacional suponen una sangría demográfica imparable en la comunidad. A Coruña es la prueba de ello, y es que de las principales ciudades gallegas es la peor parada por la tendencia actual que conduce a un despoblamiento generalizado. Así lo indican los últimos datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE), que indican que la ciudad herculina registró el pasado año la cifra de nacimientos más baja de las últimas dos décadas: 1.684.
Hay que remontarse hasta 1997, es decir, hace 22 años, para encontrar un dato menor (1.671). Desde aquel ejercicio, los nacimientos fueron incrementándose de forma progresiva, hasta llegar a su punto más alto en el año 2008, previo a la crisis, con 2.259. A partir de ese año los números se mantuvieron estables, hasta volver a caer en 2013, ejercicio en el que se registraron 1.979 nacimientos. Es ahí cuando comenzó la tendencia que ha desembocado en la situación actual. Pero la crisis poblacional no solo se mide según los alumbramientos que se registren cada año. Las defunciones son el otro factor clave para medir el saldo vegetativo de la población, y, tal y como ocurre con los nacimientos, el dato es alarmante en A Coruña.
Misma tendencia
En 2018 hubo 2.624 fallecimientos en A Coruña, lo que, si se compara con el número de nacimientos, da lugar a un saldo vegetativo negativo, con 940 muertes más que alumbramientos, según el Instituto Galego de Estadística. Es, además, la cuantía de defunciones más elevada desde 1997, por lo que la tendencia a la inversa se confirma. Una situación crítica que afecta más a las mujeres, ya que en el ejercicio anterior nacieron 780, frente a los 904 hombres. También fallecieron más, con 1.349 defunciones de mujeres, frente a las 1.275 de varones.
El pasado año hubo 2.624 fallecimientos, de los cuales 1.349 fueron de mujeres y 1.275 de hombres
El registro del IGE sitúa al año 2008 como el que mejor saldo vegetativo tuvo, con tan solo un fallecimiento más que nacimientos. Unido a los preocupantes datos de 2018 se encuentran los obtenidos en los dos ejercicios anteriores, cuando en 2017 hubo un saldo negativo de 746 y en 2016 de 732. El Instituto Galego de Estatística indica, además, que 2018 fue en el que menos matrimonios se formaron, con 881. Es decir, en el último año hubo un 35,9% menos de matrimonios que hace 22 años y un 18,5% menos que en 2009, último ejercicio previo a que la cuantía comenzase a descender.
En el resto de las principales ciudades gallegas, los datos tampoco son esperanzadores, aunque no son tan alarmantes como en la urbe herculina. Vigo contabilizó en 2018 un saldo vegetativo negativo, con 865 muertes más que nacimientos. La lista la continúa Ferrol, con 638, seguido de los 575 de Ourense; 216 de Lugo; 189 de Santiago de Compostela y 168 de Pontevedra. Todas ellas con más defunciones que alumbramientos cada año.
El IGE también acaba de hacer públicos los datos de nacimientos por provincias referentes al primer trimestre de 2019. En ellos se observa que en Galicia nacieron 3.854 niños en los tres primeros meses del ejercicio, 1.623 pertenecientes a la provincia de A Coruña. En Pontevedra, la segunda con más alumbramientos, se contabilizan 1.498; en Ourense 321; y en Lugo 294. Por meses, marzo fue el más positivo para la provincia coruñesa, con 578 alumbramientos, seguido de enero, con un total de 555.