El Kanka | “Me hace mucha ilusión pensar que hay un tipo en una playa gallega cantando una canción mía”

Una gira especial, sin disco que presentar, pero ofreciendo lo mejor que tiene dentro. Así se presentará el sábado en la sala Pelícano, donde tratará de ofrecer un concierto más largo de lo habitual.

En lo que llevan de gira, ¿cómo esta siendo la acogida?

Las reacciones que me están llegando son buenísimas, estoy flipando (risas). Estoy supercontento, porque creo que se nota mucho que hemos dado un salto de calidad. Hasta ahora ha sido como una explosión de alegría, la gente sale supercontenta, montamos ahí un fiestón bastante guapo (risas), y al final nos lo pasamos todos bien, que es de lo que se trata.

Saca discos o EP cada poco tiempo. ¿Cómo es su proceso de creación, dónde encuentra tanta inspiración?

En casi cualquier cosa, al final la vida está llena de estímulos. Desde que te enamores, a que te indigne algo del periódico, o incluso que se te ocurra una tontería con los amigos. Lo importante es que tú le dés vueltas a eso y seas capaz de transformar tu idea en una canción. No me gusta pensar que tengo un disco a las puertas y entonces tengo que componer, me he podido librar de eso y voy componiendo según me apetece, por expresarme, por estar en contacto con mi parte creativa. Toco madera, pero nunca me ha dado una de esas crisis creativas (risas).

Hace poco subía a la red covers de grupos como Extremoduro, ahora es su público el que le envía covers de sus canciones.

Sí, sí (risas). Sí que es verdad que yo he aprendido, de verdad, sacándome canciones de otra gente, que admiraba, y cantaba en la playa, con mis amigos, canciones de Extremoduro, Silvio Rodríguez, Los Delinqüentes... Entonces, como yo he sido tan versionador, me hace mucha ilusión pensar que hay un tipo en una playa de Málaga o de Galicia cantándose una canción mía. Es una de las cosas que más ilusión me hace, porque además es una cantidad indecente de gente cantando mis canciones (risas).

En alguna ocasión comentó que era una persona tímida, introvertida, ¿cómo se lleva esto en el escenario?

Ahora mismo, lo llevo muy bien, porque uno aprende. Considero que me lo he tenido que trabajar un poquito, porque en los primeros conciertos estaba mirando al suelo y apenas sabía que decir, porque aunque soy locuaz, como puedes ver (risas), siempre he sido tímido, me costaba mostrarme. Ahora, después de siete u ocho años sin apenas parar de girar, si no aprendo es porque soy gilipollas (risas), ya no solo tímido.

Tira mucho de humor en sus canciones, ¿es muy importante para usted?

Vital, necesario, fundamental. La vida conlleva una cierta dosis de angustia, la vida nunca es puramente felicidad, por fortuna, si no sería muy aburrida. El humor, precisamente, es una disciplina que nos ayuda a distanciarnos de ese pesar que acompaña a los días y nos ayuda a quitarle importancia a las cosas. El humor es una gran herramienta para quitarle hierro a todo. Además es un signo de inteligencia y una gran muestra de creatividad, para mi es la parte bonita del ser humano. El humor es uno de los destellos de creatividad y de inteligencia más grandes que existen, así que conviene desarrollarlo.

Retrocediendo en el tiempo, ¿cómo recuerda sus inicios?

Con muy pocas pretensiones, muy divertidos. Yo estaba flipando con hacer canciones, con crear una cosa de la nada. Las primeras canciones que uno hace... bueno... imagino que son un poco una mierda (risas), pero son muy especiales porque, de repente, no había nada y ahora hay una canción. Yo vivía eso como un proceso mágico y maravilloso. Luego, cuando me enfrentaba al público, pese a mi timidez, sentir el aplauso de la gente... al final es cariño también