Rescatan a dos jóvenes atrapados entre el humo de un incendio doméstico

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   El incendio que se declaró en el barrio de Las Flores tuvo lugar pasadas las siete de la mañana, cuando la gran mayoría de los residentes del número 3 de la calle de Las Camelias se encontraba durmiendo. Afortunadamente, la dueña del piso donde se originó el fuego sí estaba despierta y pudo dar la alarma a tiempo para que sus vecinos evacuaran el edificio, excepto dos jóvenes que residen en el piso superior y que tuvieron ser rescatados por los bomberos. Ambos sufrieron una intoxicación por el humo, pero pocas horas después se encontraban de nuevo en sus casas, con tan sólo unas leves molestias respiratorias.
Mucho más graves eran los daños en el piso cuarto, donde Juan Couce y Marta Sánchez pisaban los escombros carbonizados de lo que había sido su sala de estar. El fuego había quemado las paredes y el techo, dejando al descubierto el ladrillo.  Además, el calor había reventado el ventanal, provocando el estallido que había alarmado a los vecinos. “Sonó ¡Pam! y luego ra-ta-ta-ta –recuerda María Expósito, que vive enfrente de la casa– cuando los cristales cayeron al suelo”.
Mucho antes de que todo eso ocurriera, Sánchez ya se había dado cuenta de lo que estaba pasando. “Me había levantado para trabajar y estaba desayunando en la salita de estar”, recuerda. Mientras veía la televisión, se fijó en un extraño reflejo en una esquina y,  al darse la vuelta, vio como salía humo de detrás del sofá. “Al principio creía que era alguna broma de Juan (su pareja, que había dormido fuera) pero aparté el sofá y entonces salieron las llamas”, continúa Sánchez. Un examen posterior de los bomberos dictaminó que las llamas habían surgido de un cortocircuito de una toma eléctrica, un origen común de los incendios domésticos. Pero en ese momento, Sánchez lo ignoraba, y sólo quería escapar: “En cuanto vi las llamas salí al pasillo y empecé a avisar puerta por puerta de que había un incendio”.

Retraso > También llamó a los bomberos que, según ella, tardaron veinte minutos en aparecer. “Creo que se confundieron de bloque, y aún hubo suerte de que el fuego fuera en este, porque hay otros donde el camión no podría acceder”, asegura la mujer. Con los bomberos acudió también el servicio de Protección Civil, así como unidades de la Policía Nacional y de la Local. Los servicios de emergencia procedieron a evacuar a los vecinos que aún se encontraban en sus casas, incluidos algunos personas mayores que tuvieron que ser transportadas en sillas de ruedas.
No fue el caso de Rubén Gasalla y Eliana Freije, que tuvieron que esperar a ser rescatados por la ventana. Los dos veinteañeros estaban dormidos y fue ella la primera en darse cuenta de que algo iba a mal. Entonces cogió una toalla, la humedeció y se asomaron a la ventana  por el lado contrario a donde se encontraba el fuego. “Traté de salir por el pasillo, pero es que no se veía nada y no conseguíamos respirar, estaba lleno de humo”, recuerda Gasalla. Los dos pasaron unos minutos angustiosos esperando a que aparecieran los bomberos. “Fue poco antes de las ocho cuando  nos rescataron en la cesta”, asegura Freije. Tanto ella como su pareja, al igual que el resto de vecinos que estuvieron presentes durante la emergencia  coinciden en señalar que los bomberos aparecieron en un plazo que va de los veinte minutos a la media hora.
Para entonces, la toalla se había secado y los dos estaban tosiendo por culpa del humo. “Traté de llenarla otra vez pero no pude acercarme, hacía demasiado calor”, explica Gasalla. Una vez los dos estuvieron en el suelo, fueron conducidos en una ambulancia del 061 hasta el Complejo Hospitalario Universitario, donde los sometieron a un tratamiento con oxígeno. Les dieron el alta a las once y media pero, cuatro horas más tarde, aún notaban algunas molestias en la garganta.


 

Rescatan a dos jóvenes atrapados entre el humo de un incendio doméstico

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