Comerciantes de Os Mallos piden mayor control policial en las terrazas

Comerciantes de Os Mallos piden mayor control policial en las terrazas
Terrazas en la calle de Ángel Senra | pedro puig

Las terrazas se han convertido en el punto de encuentro más concurrido entre la población desde el fin del confinamiento. Si bien las normas a cumplir son claras, como el uso obligatorio de la mascarilla y la distancia de seguridad a mantener en todo momento, en ocasiones se forman aglomeraciones difíciles de controlar por los propios hosteleros.

Es el caso de Os Mallos, tal y como reconoce el presidente de la asociación Distrito Mallos, José Salgado. “Hay algunas terrazas en las que no se cumplen las normas. Ocurre en pocas, pero ocurre”, dice. Esta falta de protocolo se debe, principalmente, a la “irresponsabilidad de la gente, sobre todo joven”, reconoce. Para que estas imágenes no sucedan de nuevo, el presidente de la asociación comercial del barrio solicita mayor presencia policial para hacer cumplir los protocolos y recordar a la gente que las normas “están para respetarlas”.

Sin embargo, Salgado cree que no es necesario poner multas a los infractores, ya que “la gente se enfada porque ahora mismo la situación no es la idónea para asumir también una multa”, sostiene, y añade que “ir de paisano está bien, pero las personas cuando ven un uniforme se cohíben y hacen las cosas de la mejor manera posible para evitar problemas”.

En cuanto al uso de las mascarillas por la calle, medida obligatoria desde este fin de semana, el presidente de Distrito Mallos admite que estos días ha visto cómo “grupos de jóvenes, sobre todo” no respetaban su uso por la calle.

El sector comercial

Dentro de la nueva normalidad de esta zona juegan un papel muy importante para su economía tanto las tiendas como los bares y cafeterías. En el comercio, Salgado pone en valor la profesionalidad de los comerciantes, “que han respetado las medidas en todo momento”, pero comenta que las ventas no han despegado con la rapidez que deseaban. Esto se debe principalmente, según el presidente de Distrito Mallos, a las colas que se forman en el exterior de los establecimientos. “Si solo pueden estar dentro de las tiendas dos o tres personas y el resto tiene que esperar fuera, estas personas se marchan porque no tienen paciencia. Es algo difícil de gestionar”, explica.

El ambiente, pese a ser bueno, no es el ideal tras los meses de parón por el confinamiento. “Se esperaba una reactivación más rápida”, concluye. l

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