El jefe de estudios del Liceo niega tener competencias en la actividad de natación

a. barbadillo > a coruña
  La investigación judicial en torno a la muerte del niño Diego Novo, que falleció ahogado en marzo de 2009 durante una clase de natación en el Liceo La Paz, llevó ayer a declarar ante la jueza instructora al jefe de estudios del colegio. Es uno de los responsables del centro a los que la titular del juzgado de instrucción 3 ha llamado en calidad de imputado, tras la resolución por la Audiencia Provincial ordenó seguir investigando el suceso. En su caso, su posible responsabilidad en el fallecimiento se desprende de las declaraciones de los propietarios y el director del colegio, que se remiten a él como uno de los encargados de coordinar las actividades de la piscina y supervisar las sustituciones de las personas que vigilaban a los niños en el agua.  
Preguntado a este respecto por el letrado que ejerce la acusación en nombre de la familia Novo, José Luis Gutiérrez Aranguren, el jefe de estudios acotó sus competencias al programa de asignaturas lectivas, las impartidas por profesores.
Para desvincularse de la clase en la que se ahogó el niño aportó un organigrama del colegio, donde se distinguen las actividades “complementarias” de piscina de las clases académicas de educación física, que también pueden desarrollarse en el agua.
Según su explicación, la clase en la que murió el alumno era una actividad “no curricular”, que se imparte por personal que no forma parte del profesorado y que se dirige desde el círculo deportivo, una empresa vinculada a los propietarios del centro. Siguiendo ese argumento, el responsable de dirigir esa actividad sería entonces el coordinador de piscina, a quien la Audiencia ya ordenó tomar declaración como imputado, al igual que a los propietarios y al director técnico y que podrían ocupar el banquillo de los acusados junto al socorrista y la monitoria que debían estar vigilando el curso de natación cuando el pequeño se fue al fondo de la piscina.

Divergencias >
La calificación de la clase en la que se produjo el accidente mortal parece uno de los puntos a esclarecer para determinar quién es la persona que debía asegurarse de que la piscina estaba vigilada. Si ayer el jefe de estudios señaló al coordinador –del que negó ser el superior en la cadena jerárquica–, el director del centro, en su comparecencia ante la jueza, se había remitido a él como el mando competente, al entender que la natación era una materia “escolar” que se impartía en horario de educación física. Por su parte, los propietarios la calificaron como “extraescolar”, y “complementaria”, y apuntaron al coordinador de piscina y al jefe de estudios como sus responsables directos.
Al margen de estas divergencias, la magistrada instructora indagó ayer acerca del papel del socorrista, la persona que aquella mañana se encontraba con los niños, en sustitución de la monitora que normalmente se encargaba de la clase y cubriendo a su suplente.
A sus preguntas, el jefe de estudios afirmó que el socorrista es el mismo, para las actividades extraescolares y para las de las clases de educación física, aunque no pudo aclarar si su puesto dependía al colegio y al círculo deportivo de forma simultánea o si por el contrario estaba contratado de forma independiente.

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