Una red yihadista captó en Ceuta jóvenes con graves deficiencias mentales para enviarlos a Siria

Una red yihadista captó en Ceuta jóvenes con graves deficiencias mentales para enviarlos a Siria

Una red yihadista que actuaba en la barriada ceutí de El Príncipe captó a jóvenes con “graves deficiencias mentales y médicas” así como a varios menores de edad para enviarlos a Siria e Irak a las órdenes de Estado Islámico. Este grupo extendía su base de operaciones también a Castillejos (Marruecos) y se le atribuye el traslado de los primeros españoles que partieron a zonas de conflicto a hacer la yihad sobre los cuales las fuerzas de seguridad del Estado ya pudieron confirmar que han muerto.
Este grupo fue desarticulado el 21 de junio de 2013, precisamente cuando se encontraban preparando un envío de nuevos militantes para fortalecer un una brigada de Estado Islámico llamada Tariq Ibn Ziad que acogía a yihadistas hispano marroquíes y que estaba liderada en Alepo (Siria) por un radical original de Marruecos llamado Abdelaziz El Mahdali. Esa brigada debe su nombre a un general bereber del siglo VIII que lideró la conquista musulmana de la Península Ibérica.
Las actividades de esta célula de captación vienen reflejadas en un auto del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el que procesa a otro presunto yihadista llamado Youssef Mohamed Tuileb a quien le acusa de ser el heredero de aquel grupo desarticulado hace tres años. El magistrado advierte de que actualmente esa estructura todavía cuenta con otros integrantes de los que se desconoce su identidad, que se estarían dedicando a realizar otro tipo de captaciones.
Del estudio de su teléfono móvil se detectaron audios de conversaciones sobre grupos de mensajería instantánea formado por un pequeño círculo de individuos conocidos entre sí, que frecuentan el Centro Cultural Iman Warsh. Entre ellos se encuentra el propio tesorero del Centro Cultural llamado Zakaria Mohamed Mohamed.

clandestinidad
El juez dice que “del contenido de esas conversaciones se extrae que los temas debatidos en estas reuniones infieren cierta clandestinidad y secretismo, por lo que se ven obligados a cambiar de grupos de difusión con cierta frecuencia”. Añade que al procesado se le vio “en diversas ocasiones frecuentar el Centro Cultural Imam Warsh en compañía de otros individuos en horario cerrado al público, abandonando el mismo de madrugada”.
En el marco de esta investigación se tomó declaración al presidente del citado centro cultural, quien aseguró que “los estudiantes que tiene una ideología radical, se les impide el acceso al Centro Cultural. n

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