La rebotica que inspiró a Picasso

La rebotica que inspiró a Picasso
Héctor Castro, José Manuel Sande, Francisco Muiños y Jaime Oiza, en la presentación javier alborés

Son cuatro ejemplos y una tesis los que evidenciarán desde el viernes en Palexco que Picasso metió en la maleta los cinco años que pasó en la ciudad a golpe de composiciones que fue grabando en su cabeza y que le sirvieron de inspiración. En la exposición “Gumersindo Pardo Reguera. Inspirador de Picasso” habrá homenaje e investigación. Homenaje a una de sus fuentes, que fue farmacéutico, concejal, secretario de la Real Academia de Belas Artes y también fabricante de retratos.
Según el comisario de la muestra, Rubén Ventureira, Román Navarro y él se repartieron los mejores encargos de la burguesía y la política aunque Navarro trascendió más en el tiempo. De lo que poco se habla es de lo que influyó el que despachó medicinas en el número 92 de la calle Real en el pequeño genio, que masticó sin saberlo un grabado de Carl Dupuis de “La matanza de los inocentes” de Rubens, que colgaba de una pared de la farmacia donde pasó las tardes con su mejor amigo Antonio, hijo de Gumersindo, para llevarlo más tarde a su terreno. En un vídeo, la composición se contrastará con “El Guernica”, separadas por 42 años, pero con una distribución espacial muy similar: “Picasso tenía una memoria prodigiosa”. En él, se podrá comprobar que “la mujer con el niño en brazos y la que levanta los brazos coinciden”. El estudio llega al curioso en el mismo año que “El Guernica” cumple 80.
Por eso, Ventureira es consciente de que se volcarán nuevas teorías. La suya no se quiere imponer a las demás y “la verdad nunca la sabremos”, pero el uso del blanco y negro, la disposición de las figuras y la frase de Pablo donde aseguraba que lo veía como una litografía agrandada respaldan el origen. Serán en total 31 piezas de Gumersindo Pardo Reguera, en una muestra de 80 coordinada por Arteca y donde colabora el Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña por ser el pintor, el primer presidente del colectivo y el que lo representó en la primera reunión del sector celebrada en Madrid a finales del siglo XIX. Su representante actual, Héctor Castro, señaló ayer en la presentación que era un orgullo que “un farmacéutico influíse tanto en Picasso”.
Que Gumersindo era especial también lo confirman el premio Extraordinario que le otorgó la Universidad de Santiago, su estudio sobre las sustancias alimenticias peligrosas que llegaban ya por aquellas a esta costa o su elaboración de una guía de vinos. Su carácter humanista lo llevó a retratar el alma de una pequeña con los pies descalzos “pelando patatas”, que se pondrá al lado de una reproducción de “La muchacha de los pies descalzos” picassiana. Ventureira postula que es la misma modelo. Ambos la siluetearon con idénticas sombras y esto desbarata una vieja teoría que defendía que se trataba de su primer amor, Ángeles Méndez. Ventureira cuenta que será la primera vez que se pueda ver “Pelando patatas” en la ciudad junto a “Niña de las Palomas”, “Pompas de jabón” y “Tomando chocolate”, que estarán a un lado de la balanza. Al otro, se colocarán réplicas de “Niña con la paloma”, “Niños y juguetes” y “Le Gourmet”, tres creaciones de Picasso que guardan una estrecha relación con las tres primeras de Gumersindo, que Pablo observó mientras jugaba.
El coordinador de Arteca, Francisco Muíños, anunció que 20 muñecas de la hija de Gumersindo completarán la historia a la que Sande puso caducidad. Estará abierta hasta el 26 de marzo. El concejal de Culturas informó que trabajan en colocar un cuarto vértice de Picasso en A Coruña desde la investigación y la documentación porque adquirir obra del artista es inviable y la compra del tercer piso del edificio de Payo Gómez donde vivió también. Sobre la mesa hay varios proyectos que afianzarán la relación de Pablo con Galicia.

La rebotica que inspiró a Picasso

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