La forense cree que el joven de Pontedeume necesitaría muchos medios para salvarse

La forense cree que el joven de Pontedeume necesitaría muchos medios para salvarse
08 abril 2014 A Coruña.- El acusado de matar en Pontedeume a un menor declara que trataba de defenderse El matrimonio se enfrenta a una petición de pena de veinte años de prisión

La médico forense que asistió al levantamiento del cadáver y realizó la autopsia del joven fallecido al ser acuchillado en una vivienda en Pontedeume (A Coruña) el 10 de julio de 2011 ha declarado hoy que, en caso de haber avisado a Emergencias tras el suceso, el herido hubiera necesitado "muchos medios y rapidez" para salvarse.
Fernando S.G. fue hallado en torno a las 2.30 horas de la madrugada en el interior de un domicilio en Pontedeume, donde el procesado J.A.F.C., entonces de 66 años, y su esposa también procesada M.C.F.G, de 65, acabaron presuntamente con su vida.
Ambos son juzgados desde el lunes en la Audiencia Provincial de A Coruña por un presunto delito de asesinato, pues la mujer facilitó un cuchillo a su marido que este clavó al joven, que murió desangrado, por lo que las acusaciones solicitan veinte años de prisión y la Fiscalía y la defensa la absolución por las eximentes de miedo insuperable y defensa propia.
La tercera sesión del juicio por el acuchillamiento en la localidad coruñesa de Pontedeume ha visto pasar hoy a los diferentes peritos justo antes de que todas las partes elevasen sus conclusiones a definitivas y dejasen para mañana la sesión final, antes de que el jurado emita el veredicto.
El médico que atendió en su momento al procesado ha afirmado que lo encontró "muy afectado por lo sucedido, casi llorando", y que vio dos hematomas "en el brazo derecho, compatibles por una fricción con una pared o una puerta", aunque no apreció "marcas en el cuello".
La clave llegó a continuación, cuando las dos médicos que participaron en la autopsia del joven, en especial la que levantó en su momento el cadáver a las 5.20 horas de aquella noche tras encontrarlo tumbado boca abajo, expusieron su versión de los hechos.
En total había siete heridas, dos defensivas en la mano izquierda "compatibles con haber agarrado el arma y cortarse con el filo", que se curarían con puntos de sutura; una erosión en la región mamaria derecha "muy superficial, muy suave"; una lesión punzante superficial en la región costal lateral derecha; una herida de tipo erosivo en la zona lumbar externa derecha, de seis centímetros de longitud y un daño punzante en la cadera derecha, fuera de la cresta ilíaca, similar a la cuarta.
Ninguna de ellas podía causar la muerte hasta que llegó la séptima, en la región mamaria izquierda, de 3,5 centímetros longitud y un poco por debajo de areola que permite ver tejidos subcutáneos y músculos y afecta al pericardio -la capa más externa del corazón-, a la arteria pulmonar y al pulmón izquierdo.
"No se necesita mucha fuerza", ha relatado, para provocar una herida así, que causó una hemorragia que derivó en la muerte, aunque "hay datos que hacen pensar que esta persona sobrevivió" a la cuchillada inicial porque se observa un "mecanismo de compensación" con más trabajo en el pulmón derecho, lo que deja abierta la puerta a que huyese de la casa.
Preguntada por si podía haberse salvado, la forense que levantó el cadáver ha dicho que "necesitaría muchos medios y rápidamente" para poder continuar con vida tras una lesión en la que existe la "posibilidad" de que "sea accidental".
Otro médico acudió antes al lugar donde estaba la víctima, que "ya era cadáver", y después fue a comunicar la noticia al matrimonio procesado al que suministró unos tranquilizantes al observar su estado.
"Se puso muy nervioso, le dio como un ataque de ansiedad y decía algo así como 'Dios mío, ¿qué he hecho?", ha relatado sobre la reacción del marido, que habría sido el autor de la puñalada mortal.
Los peritos de toxicología han confirmado la "presencia del alcohol etílico" y de "ninguna otra sustancia" en el fallecido, que tenía en torno a 1,2 gramos de alcohol por cada litro de sangre, una cantidad similar a la que existía en el humor vítreo, pues estaba en "fase de desaparición, de metabolización".
Esto significa que había dejado de tomar alcohol hacía media hora o más antes y que la cantidad había sido, según sus estimaciones, de en torno a 1,5 litros de cerveza o una botella de vino.
Los agentes de criminalística han confirmado la procedencia de los restos de sangre que emanaron de la víctima, y a continuación el jurado ha presenciado un vídeo de la reconstrucción de los hechos en el que los procesados, junto a personas del juzgado y de la Guardia Civil, relataban en su casa cómo sucedió todo aquella noche de julio.

La forense cree que el joven de Pontedeume necesitaría muchos medios para salvarse

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