El líder de Vox consigue desbordar Palexco al reunir a cerca de 3.000 asistentes a su mitin

El líder de Vox consigue desbordar Palexco al reunir a cerca de 3.000 asistentes a su mitin
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El acto que Vox  celebró ayer en Palexco fue sin duda multitudinario: más de 1.500 personas abarrotaron el auditorio, y casi el mismo número se quedó en el exterior, amenazados por la lluvia y por los gritos de los manifestantes, unos doscientos, que se mantenían detrás de la raya policial. El líder del partido ultraconservador, Santiago Abascal, compareció así dos veces: la primera ante la multitud que no había podido entrar, y la segunda ya en el auditorio. En ambos casos, sus primeras palabras fueron para el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que había dicho que Vox no tenía cabida allí, –“Saltan todas las alarmas en la Xunta”, aseguró– y para sacar pecho de sus credenciales coruñesas. “A miña nai naceu en A Coruña”, dijo, en una de las pocas frases en gallego de un discurso predominantemente en español. 

El líder de Vox demostró que tiene seguidores en Galicia, una multitud enfervorizada que le recibió ondeando las banderas. Mientras que en el exterior entre la Diputación y Correos, donde se agolpaban sus detractores, la media de edad era mucho más baja, y abundaban los menores, en el auditorio había mucha más gente de mediana edad, pero también parejas jóvenes e incluso adolescentes, además de muchos jubilados que gritaban enfervorizados.  Un acto así en Palexco no se había visto desde la llegada de Pablo iglesias, cuando había apoyado a la Marea Atlántica en los comicios que luego lo auparían al Ayuntamiento. Era imposible no establecer los paralelismos entre ambas ocasiones, aunque Abascal se ocupó de marcar las diferencias durante su discurso. “Yo vengo a Galicia sin pedir perdón ni permiso a nadie”. 

Ferrol y Alcoa 
Aparte de mencionar a su madre, y a su abuela (que según parece, le había confiado que creía que Feijó tiene un “trasno no corpo”), Abascal no adaptó su discurso a la audiencia. Fue el orador que le precedió, Miguel Hernández, que encabeza la lista de Vox por la provincia, el que se encargó de destacar el derecho a construir buques de guerra en el astilleros de Ferrol, o el problema energético que amenaza la planta de aluminio de Alcoa. Hernández no tuvo que calentar el auditorio para Abascal, que fue recibido con una estruendos ovación, mucho ondear de banderas y gritos de “¡Presidente!” y “¡Santiago, te necesitamos!”.

Durante su discurso, calificó a los parlamentarios regionales de 
“traidores y vagos improductivos”


Mientras afuera la atmósfera era inestable, con llovizna y protestas a ratos, dentro el líder de Vox clamaba no solo contra el nacionalismo, sino contra el regionalismo, poniendo en duda que fueran necesarios 17 parlamentos, uno por cada comunidad autónoma, y tachó a los parlamentarios regionales de “vagos improductivos y traidores”. 


En cambio, Abascal no desdeñó el costumbrismo, al señalar que, como su abuela le recordaba, el gallego que habla Feijóo era “de laboratorio”, hecha para dividir, no el que hablan realmente los gallegos, y que llevan en el corazón. Además, afeó al presidente autonómico que calificara Galicia como “nación sin estado”. Él prefirió definirla como “región entrañable de una de las naciones más importantes del mundo” y recordó que Santiago no es el patrón de Galicia, sino el santo protector de toda España, lo que también le mereció muchos aplausos.  

Contra Sánchez 
Si en Galicia su enemigo a batir es Feijóo (lo llamó “soberbio, altivo y un chuleta”), a nivel nacional dirigió el grueso de su artillería contra el candidato socialista, Pedro Sánchez. También el PP (al que denominó “derechita cobarde”) y Ciudadanos (la “veleta naranja”) recibieron alusiones y burlas del público, pero Sánchez fue al que calificó de “traidor” por haber pactado con los independentistas y una ley, la de la violencia de género, que ponía en peligro la presunción de inocencia del varón. En cuanto a los manifestantes del exterior, “son la vanguardia de la capucha y la porra de Pedro Sánchez”, al tiempo que recordaba que a Vox no se le permite participar en el debate electoral..


Abascal desgranó los puntos  de su ideario, como la rebaja de los impuestos al mínimo, la ayuda a las familias, leyes que permitan “echar de una patada en el culo a los okupas” o poder matar a alguien que irrumpa en la vivienda. Como él mismo confesó, “no somos los más listos, quizá no sabemos muchas cosas, pero tenemos convicciones profundas”. Tras el "¡Viva España!”, el acto terminó con el himno nacional.

“¡ABASCAL, TE VAMOS A MATAR!”, GRITABAN EN EL EXTERIOR
La Policía Nacional mantuvo durante toda la tarde un férreo cordón que impidió que la protesta convocada por el grupo denominado “Acción Antifascista de A Coruña” se saliera de madre. Encajonados entre el edificio de la Diputación y el de Correos, los manifestantes corearon varias consignas: “Fóra fascistas da nosa rúa”, “Contra o fascismo, nin un paso atrás!” y “¡Abascal, te vamos a matar!”. El aludido replicó que las banderas comunistas que ondeaban son símbolos de algunas de las peores tragedias de la humanidad y los tachó de “piara de totalitarios”, a lo que no ayudó que un grupo se pintara la bandera nacional en el culo para luego mostrarlo. Pero, en general, la jornada transcurrió sin incidentes, excepto algunos roces a la salida, cuando se cruzaron ambos grupos y llegaron a encararse, sin que estallara la violencia. 

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