La proliferación de tramos del carril bici en obras por la ciudad y la conclusión de algunas partes de esta infraestructura han comenzado a repercutir de manera negativa tanto en el comercio de proximidad como en los residentes de algunos barrios. Ambos colectivos reprochan al Gobierno local que se lanzase a realizar este proyecto sin buscar una alternativa para el aparcamiento dado que se están eliminando un buen número de plazas para estacionar en toda la ciudad. De hecho, hay empresarios que han denunciado públicamente que ya han perdido clientela, como es el caso de algunos de la calle del Alcalde Pérez Ardá, donde las actuaciones se alargan desde hace un largo período de tiempo.
Las primeras voces críticas con el carril bici en surgir fueron las de los comerciantes de O Castrillón, Eirís y Monelos, pero ahora también negocios individuales de Pérez Ardá afirman que han perdido consumidores por culpa de que ahora no disponen de plazas de aparcamiento o porque simplemente les es más complicado llegar a la zona debido a las actuaciones sobre el terreno.
Ante estas denuncias, la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC) reconoce que “hay un malestar general porque no se nos ha consultado nada y esa participación es la que hay”, en clara alusión al discurso que lleva por bandera el Ejecutivo municipal de la Marea.
Los empresarios advierten de que aunque parezcan pocas “se están quitando muchas plazas de aparcamiento” porque hay que sumar las de espacios como Linares Rivas, Primo de Rivera, la avenida del Ejército... y, aunque el Consistorio tenga “el coche como enemigo, había que empezar la casa por los cimientos”. Es decir, sostienen que para eliminar un estacionamiento que “para la actividad comercial es fundamental porque se ve con los centros comerciales” habría que haber mejorado antes el funcionamiento del transporte público.
Los residentes, sin sitio
Por su parte, la presidenta de la Federación de Asociacións de Veciños da Coruña e Área Metropolitana, Luisa Varela, reconoce que hay “quejas” de los coruñeses por supresiones como las de la avenida del Ejército sin previo aviso.
“No se puede dejar a los vecinos sin aparcamiento y, sobre todo, en zonas en las que no hay garajes”, sostiene Varela, que entiende que no se puede beneficiar “a unos pocos con el carril bici” para perjudicar a la mayoría.
No está en contra de esta nueva forma de movilidad, pero considera que el Ayuntamiento debería haber buscado alternativas para los coches. Así se hizo al peatonalizar la Ciudad Vieja.