Sánchez logra ser investido con los apoyos de los que renegó en campaña

Sánchez logra ser investido con los apoyos de los que renegó en campaña
Pedro Sánchez intercambia aplausos con los diputados socialistas tras su investidura | juan carlos hidalgo (efe)

A la tercera fue la vencida. El socialista Pedro Sánchez Pérez-Castejón, de 47 años, logró ser investido presidente del Gobierno por vez primera tras unas elecciones generales. Si en junio de 2018 llegó a La Moncloa vía una moción de censura –nunca antes había prosperado una– en esta ocasión presidirá el primer Gobierno de coalición de la actual democracia.

Lo hará apoyándose en unos socios (Podemos y ERC) de los que renegó en la campaña a los comicios del 10 de noviembre porque ninguno de ellos, argumentaba, podía aportar estabilidad al país.

Sánchez fue elegido con el margen más escaso de la democracia, con solo dos votos más a favor que en contra.

Pese a los nervios de última hora, no se produjeron sorpresas y la investidura de Sánchez salió adelante en la segunda votación en la que el candidato socialista sumó 167 “síes” –PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, NC, Teruel Existe y BNG– frente a 165 votos en contra –PP, Vox, Cs, JxCat, UPN, CUP, PRC, Foro y CC– y las dieciocho abstenciones de ERC y Bildu.

La bancada socialista y la de Podemos se ponían en pie para aplaudir al nuevo presidente en cuanto la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, leía este resultado ajustado que hace a Sánchez presidente por la vía ordinaria, ya que su llegada a La Moncloa, año y medio atrás, fue con una moción de censura.

 

Medidas contra el bloqueo

Con gritos de “presidente, presidente” de los socialistas y de “sí se puede” de la bancada de Unidas Podemos, los diputados de los socios de Gobierno expresaban su alegría.

En su última intervención en el debate y antes de ser elegido, Sánchez lamentaba el bloqueo político que vivió el país durante meses y prometía promover cambios legales que impidan que se repita el bloqueo.

Por eso apostó por encontrar “fórmulas para facilitar en el futuro la formación de mayorías de Gobierno frente a las mayorías de bloqueo”.

“Sin parlamento no puede haber un gobierno democrático pero sin gobierno electo tampoco un parlamento” que funcione, y sin ambas cosas “el sistema se resiente”, añadió Sánchez, quien también lanzó duros reproches a la derecha por su comportamiento de estos días.

Así, acusó a los partidos de la derecha de “haber tensionado” en los últimos días “para ver si por algún lado aparecía una nueva oportunidad” que impidiera su investidura. “Pues no ha funcionado”, concluyó.

Y les advirtió de que tienen dos opciones, o “seguir en el berrinche o aceptar el resultado” electoral. “Les recomiendo que acepten lo segundo”, les dijo.

“Esta Cámara no es suya”, dijo Sánchez a los partidos de la oposición al final de este debate de tres días que tuvo durísimos momentos de tensión, especialmente el domingo cuando PP, Vox y Ciudadanos arremetieron contra Bildu por sus críticas al rey.

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