Novais “tolea” entre lunas en la galería Arte-Imagen

“Toleé entre lunas”. Novais presenta a las ocho de la tarde en la galería Arte-Imagen a un ejército de lunas puestas en fila sobre soportes circulares y cuadrados. Son cerca de 40, con las que la creadora jugó entre texturas y técnicas mixtas para pintarlas de dorado con brillos de oro: “Dicen que la luna es plateada, pero yo la veo dorada”. O roja y verde, porque la que mengua y se llena según el calendario refleja lo que ve. Y la luna se mueve entre aguas y mares.
Las suyas, dice Novais, son imaginarias y “vienen con más fuerza que nunca” a base de utilizar la paleta como una mina. De donde siempre saca. Novais vuelve a ofrecer una realidad irreal en la muestra “Lunas de papel”: “Mis obras son como quimeras”.
Salen en los sueños y ella los reproduce como si estuviera en clase y el profesor le dictase unos problemas. Trabajo de dentro hacia fuera y de las lunas más pequeñitas que salieron de primeras a la superficie, vinieron otras más grandes y así hasta completar su familia lunar con composiciones de gran tamaño. Y dos esculturas.
Las piezas son piedras tatuadas de estos satélites con magia. Entre medias, la pintora recuerda una historia. De una luna llena que se cayó al mar y enamoró al lobo. Por eso, el animal aúlla cada vez que la ve allí arriba. La echa de menos y de esa historia, Novais se alimenta. Para ponerle sentimiento al pincel.
El resultado se podrá ver hasta el 15 de octubre. La sala de Ramón y Cajal ofrece más de un mes para pasear por el firmamento, donde la luna mueve mareas, adelanta el nacimiento de un hijo o influye en las cosechas. Por todas estas cosas, la que responde al nombre de Catalina engancha. n