Ben Affleck vuelve a demostrar con “Argo” que su talento como director es muy superior al que posee como actor. Construye un filme político al estilo más clásico de los grandes ejemplos de este cine de los setenta y lo hace con una historia compleja que aligera con un envoltorio muy hollywoodiense. La crisis de los rehenes de Irán es el tema de la película, y Affleck pone su pericia como director y como actor para lograr un resultado global satisfactorio.