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jueves | 25 abril | 2024
Los especialistas de Techne SC, a quienes la Unidad Pastoral de Betanzos encargó un estudio para restaurar el retablo de San Pedro, en la nave sur de la iglesia de Santa María do Azougue, hallaron un arcosolio –hueco en un arco que solía cubrir un sepulcro– con relieves policromados de la Anunciación, seguramente del siglo XV. “Un descubrimiento emocionante que está por catalogar pero que aporta aún más valor artístico y cultural a este templo”, expuso el párroco, Santiago Pérez González. “Alguien apuntó a que, de Galicia, Betanzos es donde más anunciaciones se encuentran”, continuó el sacerdote, convencido de la entidad de lo que se supone como el enterramiento de alguien importante de la Baja Edad Media.
La restauradora Milagros Martínez detalló las características y circunstancias en las que apareció el arcosolio, detrás de San Pedro y San Sebastián. “Estábamos valorando posibles patologías de un retablo que, de por sí, está mutilado, con varias intervenciones, trasladado desde su ubicación original, en el lado de la epístola”, explicó la experta antes de señalar que este, de estilo barroco, es obra del artista José Ibarra.
“La sorpresa salta cuando, al retirar los aletones de los extremos para evaluar el estado estructural, encontramos un arcosolio”, expuso Martínez, quien explicó que, si bien de momento, a la espera de realizar un estudio detallado, todo son hipótesis, “en la iconografía de la Anunciación, estilísticamente hablando, existe un paralelismo clarísimo con unas que aparecen en San Francisco, con lo que es posible que sean del mismo taller”, matizó la restauradora de Techne.
En este sentido, la importancia del hallazgo reside en el hecho de que es un elemento no catalogado, que no está estudiado, dentro de un Bien de Interés Cultural (BIC) como es Santa María. Pero además, los especialistas inciden en que todo apunta a que es obra de un destacado taller de talla de la época gótica que existió en Betanzos, que también intervino en San Francisco. La diferencia con aquellos es que aquí es posible que encontremos la policromia original gótica, lo que supone que puede ser uno de los pocos vestigios góticos policromados que se conserven”, señaló Martínez. Ahora, la idea pasa por restaurar y conservar ambas, tanto el retablo barroco, que se reubicaría, como el arcosolio gótico, pero estaríamos hablando de una intervención que, aún desarrollándose en paralelo para uno y otro elemento, se alargaría alrededor de un año y costaría alrededor de 90.000 euros, según Techne.
La alcaldesa, María Barral Varela, se mostró satisfecha con el descubrimiento y dispuesta a colaborar para que, “a la mayor brevedad, se pueda disfrutar de esta joya dentro de otra joya como es ésta de Santa María do Azougue”.
Según explicaron los expertos, lo que se encuentra en Santa María es “un arco ojival de estilo gótico con decoración de hojas de clavos y otras formas geométricas, y debajo las imágenes del arcángel Gabriel y la Virgen María, con una cartela, representando el momento de la Anunciación. Después, en la zona de la enjuta aparece también pintura mural porque, aunque está todo encalado, en las catas se han podido apreciar restos de policromía que posiblemente sean góticos”, detalló Milagros Martínez.
Lo que no se encontró es el sarcófago del enterramiento que, como otros del mismo templo, podría estar depositado en el Museo das Mariñas.
