Los usuarios del complejo polideportivo de San Diego se vieron ayer sin agua para la piscina debido a un accidente provocado por unas obras en una tubería de gas que discurre justo frente a las instalaciones. La avería, que se produjo alrededor de las cuatro de la tarde, tuvo lugar cuando una pala excavadora reventó una cañería subterránea, de la que brotó un chorro de agua que comenzó a inundar la zona ajardinada y obligó a avisar inmediatamente a los técnicos de la Empresa Municipal de Aguas (Emalcsa)
Afortunadamente, la cañería afectada por el golpe de la máquina no era un conducto principal, sino un hidrante que solo conducía el agua hasta las instalaciones municipales, de las que solo se vio perjudicada la piscina. Los técnicos de Emalcsa repararon la avería en dos horas, según fuentes de la empresa, de manera que solo los usuarios de la piscina sufrieron molestias.
Matrículas falsas
Las averías provocadas por unas obras suelen situarse entre las más frecuentes de la red de suministro municipal. Teóricamente, los obreros deben emplear solo herramientas manuales cuando trabajan cerca de una conducción de aguas, pero no siempre se adopta esta precaución porque es más lento que trabajar con maquinaria.
Las tuberías de fundición dúctil que son más resistentes a las roturas y a las tensiones, que las de fibrocemento, y suponen ya el 80% de la red municipal coruñesa: son 570.000 kilómetros de tuberías que recorren las entrañas de la ciudad, por debajo de las calles, para desembocar en los hogares coruñeses. Actualmente, solo las zonas Pepri, del centro de la ciudad, carecen de tuberías de fabricación moderna.