Más de 600 personas reciben asistencia de Cáritas de Cee en la Costa da Morte

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  El zarpazo de la crisis en la que vive sumida la economía española, que con el crecimiento del desempleo sobrepasa ya los 4,9 millones de parados, ha forzado a muchas familias a perder todos sus ingresos y pasar a una situación precaria, lo cual ha disparado el número de pobres que acuden a entidades de ayuda como Cáritas para poder llegar a fin de mes. De esta situación saben mucho en Cáritas Parroquial de Cee, donde cada martes, de 10.00 a 12.30 horas, atienden en su local, situado al lado de la Casa Parroquial, a unas seiscientas personas al mes, que residen en los municipios cercanos.
El perfil de la pobreza en la Costa da Morte no difiere mucho del resto de Galicia: jóvenes parados, ancianos con escasas pensiones y madres solteras, o separadas, carentes de cualquier tipo de posibilidad de sacar adelante en solitario a su familia con el aporte de la Renda de Integración Social de Galicia (Risga).
“Les ayudamos como buenamente podemos con el euro mensual que cobramos de cuota a los socios, por lo que seguimos pidiendo que se afilien nuevos socios que permitan mejorar nuestra ayuda en tiempos tan necesitados como los actuales”, señala Rosalina Trillo, secretaria de la entidad.
El sistema de funcionamiento de las ayudas se basa en una entrevista con el o los peticionarios para poder conocer en profundidad su problemática y, de este modo, aportar las soluciones más adecuadas a cada caso.
“Solemos dar preferencia a las familias que cuentan con niños pequeños, porque, por lo general, muchos de estos hogares son monoparentales y fruto de rupturas matrimoniales, con lo que carecen, a diferencia de los ancianos, de cualquier tipo de ingresos”, señala.

Medidas > Para evitar la picaresca, desde la entidad, que realiza su tarea en coordinación con Cáritas Diocesana y la Fundación Pedro Barrié de la Maza, no se realizan entregas económicas en metálico, sino que se abona el pago de los recibos tras haberse asignado un aporte determinado para cada persona y familia.
“Los recursos de los que disponemos son limitados, y tenemos que optimizarlos al máximo, porque, pese a lo que muchos puedan pensar, la crisis ha afectado a todas las clases sociales y a todas las economías. Por lo que, cada día más, tenemos que ingeniárnoslas para poderlos ayudar a todos”, insiste la secretaria.
Además de atender a los solicitantes de ayuda en el local de Cáritas los martes, la entidad también posee un ropero sito en la zona vieja de Cee, en la antigua marisquería O Gallo, donde cada jueves por la tarde cuatro de los voluntarios de Cáritas atienden en horario de tarde recogiendo y entregando ropa “a una media de 10 a 20 familias”.
Pese a la gran repercusión de su trabajo, desde la asociación no paran de idear proyectos para mejorar la atención a las personas y, dentro de ellos, el de contar con un Banco de Alimentos es la principal ilusión de la decena de miembros que participan en Cáritas Parroquial de Cee.

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