Un corazón perfectamente dibujado en la pelvis. Un trío y un fracaso. Y el consumismo que todo lo devora. Hasta a uno mismo. Estos son los ingredientes con los que la compañía Teterella Teatro construye su primera puesta en escena. Una comedia que no sigue los parámetros habituales y sale por el margen para situar a la butaca en un primer acto sexual donde chico no se da cuenta de que chica se ha depilado su vello púbico con una forma caprichosa.
La de un corazón que se marchita al comprobar la ignorancia de su dueño que, a su vez, planea materializar su fantasía y hacer un trío con su compañera de trabajo y una amiga. Sin embargo, justo antes de dar el paso, ella rompe la relación y esto produce un bloqueo automático en el sistema nervioso de Xulián Muiños.
Así es como se llama el individuo que es capaz de hacer pensar a la cuarta pared sobre la inconformidad del ser humano y el hecho de que siempre se queja. Comenta la autora de la obra, Carmen Blanco, que el consumismo en el que el hombre tiene puestas las dos patas hace que a todo le dé vueltas: “Si está solo porque está solo y si tiene pareja porque ya está cansado de estar siempre con la misma persona”. De la Escuela de Narón, donde los cuatro actores se formaron, a Teatro del Andamio hay solo un paso. El que dio la compañía para ponerse el  apellido de “profesional” y comenzar a repartir sonrisas durante hora y media que sabe a poco. Lo dicen los espectadores.
Tatarella Teatro hará trío, doblete y destrucción mañana y los viernes 3 y 10 de febrero para pasarse por La Tuerka 27, situado en Doctor Fleming, 27, el 12 y 26 del próximo mes. En una pieza donde la limpiadora se llama María Pita, todo se puede esperar. Se trata, dice Blanco, de un canto a la libertad.