Que los rastros y las ferias de oportunidades están más de moda que nunca es un hecho incontestable. Así lo pone de manifiesto la buena acogida que está teniendo la décima edición del Rastro Desembalaje, que ayer abrió sus puertas en la Ciudad Vieja. Centenares de personas desafiaron al frío y la lluvia para curiosear entre las decenas de artículos que se apilaban junto a las paredes del pabellón del Colegio de los Dominicos.

Un marco histórico para objetos que, en la mayoría de los casos, también tienen una larga historia que contar. Porque uno de los principales atractivos del rastro son las antigüedades; algunas de ellas, como los libros, las porcelanas y los sellos harían las delicias del más exigente coleccionista. En Desembalaje también se pueden encontrar auténticas gangas para el hogar, como lámparas, muebles, y pinturas. Una variedad de objetos a buen precio como la mejor fórmula para combatir al crisis.

“La verdad es que fue un éxito total, sobre todo por la mañana. Ni nosotros mismos nos esperábamos que viniese tanta gente”, señalaba el presidente de la Asociación de Amigos de los Rastros de Galicia, Armindo Teixeiro.

Teixeiro confiaba en que en la jornada de hoy se reedite el éxito de la primera, especialmente, durante la subasta cantada que tendrá lugar a partir de las 18.00 horas. “Tenemos que competir con el partido de fútbol y lo vamos a notar un poco, pero yo creo que va a venir bastante público, porque es una de las primeras subastas que se hacen en A Coruña”, señaló el portavoz.

Además del atractivo propio que puede tener una subasta al más puro estilo Sotheby’s, la organización del rastro prevé incorporar para la ocasión artículos extra. “Aparte de los objetos que se pueden ver hoy aquí, van a venir algunos más de las tiendas que se van a vender a un precio de salida muy reducido”, apuntó Armindo Teixeiro.