Urbanismo estudia desechar los bancos que compró para instalar en La Marina

Urbanismo estudia desechar los bancos que compró para instalar en La Marina
La polémica sobre la falta de barreras en la zona del cantil surgió tras los fallecimientos de dos jóvenes ahogados | quintana

Los bancos que actuarán como barrera para evitar nuevos accidentes estarán en La Marina dentro de dos semanas. No obstante, estos podrían no ser los que el Ayuntamiento compró en 2015 y tenía guardados en un almacén del polígono industrial de A Grela como estaba previsto. El Ejecutivo municipal puntualizó que, en caso de no servir para el centro, esos elementos se reutilizarán en un nuevo proyecto y una nueva ubicación en la ciudad.

Llegará con retraso respecto a lo que estaba previsto –y con el hundimiento de una furgoneta en la dársena como añadido de por medio– pero el banco corrido de La Marina podría estar en su ubicación a principios de junio. Así lo anunció el concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, que destacó que la concesionaria del contrato tiene un margen de dos semanas para suministrar los asientos fijos.

Ante este anuncio, el edil fue preguntado por el destino que tendrán los bancos en los que ya se había invertido un dinero y que permanecían en un almacén municipal desde el mismo año en el que Marea Atlántica accedió al poder en A Coruña. “Non sei se se van a utilizar eses ou outros”, reconoció el representante del Gobierno local, que explicó que la adjudicataria también está acometiendo trabajos de cantería desde que se le confirmó de manera oficial que había conseguido el contrato el pasado viernes.

La duda viene dada porque, según dio a entender Varela, el material que se adquirió no es suficiente para completar la “ele” que bordeará el cantil como sistema de seguridad para evitar nuevos fallecimientos de peatones –en menos de un mes perecieron dos jóvenes por ahogamiento– o caídas de otros vehículos al mar. “Non sei se se está a traballar co mesmo material para as novas partes do banco e queremos que haxa unha soa imaxe igual para toda a intervención”, justificó el edil de Urbanismo.

Posible cambio de destino
Para intentar solventar la polémica ciudadana que podría generar incurrir en dos gastos distintos para solucionar un mismo problema por falta de previsión, aseguró que en el caso de que los elementos guardados en dependencias municipales no puedan ser utilizados en el plan para la dársena, se “reciclarán”.

Es decir, se comprometió a que se incorporarían a otro proyecto (no concretó ninguno ni tampoco las fechas, pues habrá que esperar a ver lo que sirve la empresa encargada de la instalación) para que la inversión municipal no se hubiese hecho en balde.

Con independencia de los elementos que se coloquen bordeando el cantil, aclaró que el plazo que se fijan es precisamente el de “dúas semanas”, dado que a la etapa de suministro tan solo habría que sumar una o dos jornadas de trabajo sobre el terreno. “Nun par de días estaría todo colocado”, afirmó Varela. De ser así a principios de junio se pondría fin a un proceso que se ha alargado en el tiempo y que ha generado nuevas tiranteces entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria.

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