La presión contra la doble fila llegará a su nivel máximo a finales de año

La presión contra la doble fila llegará  a su nivel máximo a finales de año
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El lunes se da el pistoletazo de salida para que la Policía Local ponga en práctica la nueva política municipal de tolerancia cero con el aparcamiento irregular: todo agente del 092, aunque se trate de la Patrulla Verde (que se ocupa de velar por el cumplimiento de las ordenanzas medioambientales) como del Programa Tutor (que trata con os alumnos de los institutos) deberá cuidar de que ningún coche detenido estorbe a la circulación, multando si es preciso. Pero, en realidad, las sanciones ya se están imponiendo a día de hoy y se espera que la presión policial llegue a su punto más alto a finales de año, cuando 18 agentes se incorporarán a la plantilla coruñesa, lo que permitirá aumentar la vigilancia y, consecuentemente, las sanciones.

Uno de los principales problemas con los que se encuentra la Policía Local es su escasa plantilla, dado que este año casi 40 agentes se prejubilaron. Por eso todos tienen que arrimar el hombre en la nueva política contra la doble fila. Los ocho agentes que hicieron las prácticas este verano volverán al cuartel de Orillamar para navidades y, antes de eso, diez agentes de movilidad, (ayer se publicó la lista oficial). Es decir que, simplemente cambian de destino, y que podrían estar disponibles este mes o el siguiente.

El reglamento de la Policía Local exige dos años de servicio a un agente para especializarse, así que no podrán entrar en Disciplina Vial, por ejemplo, sino en la unidad de Barrio, pero se podrán sacar más plazas de motoristas y de Tráfico, lo que redundará en una mayor vigilancia de las calles coruñesas.

Sin zonas de carga y descarga

Mientras tanto, las multas ya afectan a los desprevenidos que creen que hasta el lunes están en un período de gracia. Ayer le tocó el turno a un hombre que aparcó su furgoneta en la parada de bus de Juana de vega y que llegó cuando los policías habían dejado la denuncia en el parabrisas. De hecho, es muy posible que los transportistas sean uno de los colectivos más afectados por la nueva política de tolerancia cero con el aparcamiento irregular. José Manuel Reimúndez, de la asociación de transportes ligeros, recuerda que no fueron invitados a la mesa de movilidad municipal. “Nosotros respetamos las paradas de bus y en la de minusválidos nunca aparcamos, pero no hay zonas de carga y descarga en el centro de la ciudad”.

Reimúndez advierte de que las zonas existentes suelen estar ocupadas, lo que les obliga a estacionar mal y que pagar por un vado resultará más costoso al público. “El servicio será más costoso porque para hacer un servicio de una hora tienes que pagar un vado que son 70 euros“. Ellos sacan 200 permisos de ocupación de calle al año, pero mucha gente omite el trámite. La razón es que, en la Ciudad Vieja, por ejemplo, obtener un permiso para entrar cuesta 100 euros y la multa si te descubren sin él es de 60, así que muchos prefieren arriesgarse. “Es más económico estar fuera de la ley que estar dentro”, se lamenta Reimúndez.

La presión contra la doble fila llegará a su nivel máximo a finales de año

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